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Los valores del atributo Caso del 1.º clítico funcional son: acusativo, acusativo leísta, dativo, predicativo.
Acusativo
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(2) Había
dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(3) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(4) Yo
estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(5) Siempre
dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes
de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la mesa de
noche. [CSA-CRONICA]
(6) «Nunca
{la dejaba} cargada», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
(7) Yo {lo
sabía}, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
de la casa. [CSA-CRONICA]
(8) {La
había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
{había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
(9) {Lo
vio} desde la misma hamaca y en la misma posición en que {la encontré} postrada por las últimas
luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas
astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(10) Estaba
de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
Acusativo leísta
(11) Nunca {se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que
trajeron sus halcones amaestrados fue para hacer una demostración de altanería en un bazar de
caridad. [CSA-CRONICA]
(12) «{Les
obedecí} a ciegas -me dijo- porque me habían hecho creer que eran expertas en chanchullos de
hombres.» [CSA-CRONICA]
(13) Los
mayores siguieron hablando el árabe rural que trajeron de su tierra, y lo conservaron intacto en
familia hasta la segunda generación, pero los de la tercera, con la excepción de Santiago Nasar,
{les oían} a sus padres en árabe y les contestaban en castellano. [CSA-CRONICA]
(14) «El
pobre Bayardo», como {se le recordó} durante años. [CSA-CRONICA]
Dativo
(15) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(16) Tenía
una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(17) Había
dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos naturales de la parranda de bodas
que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(18) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
a todos {les comentó} de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(19)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(20)
Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada,
pero antes de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y la puso en la gaveta de la
mesa de noche. [CSA-CRONICA]
(21) «Nunca
la dejaba cargada», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
(22) Santiago Nasar {le contó} entonces
el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles. [CSA-CRONICA]
(23) Estuvo
un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que {se le pasó} la
ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
(24) «{Le
recordé} que era lunes», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
Predicativo
(25) Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana
radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que {lo
fuera} en un buen febrero de aquella época. [CSA-CRONICA]
(26) Era el
hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, pero él
parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y {siguió
pareciéndolo} con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
(27) Nadie
se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible
que {no lo estuviera}. [CSA-CRONICA]
(28) Era
extraño que no lo supiera, pero {lo era} mucho más que tampoco lo supiera mi madre, pues se
enteraba de todo antes que nadie en la casa, a pesar de que hacía años que no salía a la calle,
ni siquiera para ir a misa. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Caso del 2.º clítico funcional son: acusativo, dativo.
Acusativo
(1) Tenía una reputación muy bien ganada de
intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había
advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles
que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(2) {Se lo
había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y les
reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. [CSA-CRONICA]
(3) A alguien
que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le contestó:
[CSA-CRONICA]
(4) Mi madre
{me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: [CSA-CRONICA]
(5) De modo
que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su
dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera
regresar. [CSA-CRONICA]
(6) -{Se la
compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
(7) Pero {no
me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
(8) Esa
precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo que
el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel día {me
lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
(9) Santiago
Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese momento unos
nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
(10) Muchos
sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo,
cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó} cuando nos
casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
Dativo
(11) No, {no me le estropeen} la cabeza, carajo, que es un
profesor y es en la cabeza donde estos huevones tienen todo, todito lo que piensan. [CREA]
Los valores del atributo Esquema argumental -en los que S se corresponde con SUJETO, CD con COMPLEMENTO DIRECTO, CI con COMPLEMENTO INDIRECTO, CP con COMPLEMENTO PREPOSICIONAL y CPR con COMPLEMENTO PREDICATIVO- son los siguientes:
S
(1) El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar {se levantó} a
las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
(2) Había
soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante
fue feliz en el sueño, pero al {despertar} se sintió por completo salpicado de cagada de
pájaros. [CSA-CRONICA]
(3) «La
semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
{tropezar} por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
(4) {Había
dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
de estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos naturales de la parranda de
bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(5) Muchos
coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba} a
través de los platanales, como era de {pensar} que lo fuera en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
S-CD
(6) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(7) {Había
soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un
instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de
pájaros. [CSA-CRONICA]
(8) «Siempre
soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después los
pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(9) «La
semana anterior {había soñado} que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin
tropezar por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
(10) {Tenía}
una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que
{precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
S-CD-CI
(11) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(12) «La
semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar
por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(13) Tenía
una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(14)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(15)
Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
S-CD-CI-CP
(16) Magdalena Oliver había venido con él en el buque y {no pudo
quitarle} la vista de encima durante el viaje. [CSA-CRONICA]
(17) Sin
embargo, después de ese veredicto consagratorio me escribió dos cartas más en las que nada {me
decía} sobre Bayardo San Román, ni siquiera cuando fue demasiado sabido que quería casarse con
Ángela Vicario. [CSA-CRONICA]
(18) Al
contrario: sentía como si por fin {me hubiera quitado} de encima la conduerma de la muerte, y lo
único que quería era que todo terminara rápido para tirarme a dormir.» [CSA-CRONICA]
S-CD-CI-CPR
(19) «Son perfectas -{le oía} decir con frecuencia-.
[CSA-CRONICA]
S-CD-CP
(20) Pero la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo
fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la
desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque
del sueño. [CSA-CRONICA]
(21) De no
haber sido por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar
con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su padre, y
que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
(22) En el
armario {tenía} además un rifle 30.06 Mannlicher-Schönauer, un rifle 300 Holland Magnum, un 22
Hornet con mira telescópica de dos poderes, y una Winchester de repetición.
[CSA-CRONICA]
(23)
Siempre dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada,
pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la
mesa de noche. [CSA-CRONICA]
(24) Yo lo
sabía, y sabía además que {guardaba} las armas en un lugar y {escondía} la munición en otro
lugar muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de cargarlas
dentro de la casa. [CSA-CRONICA]
S-CD-CP-CPR
(25) Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en que
{la encontré} postrada por las últimas luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado
tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(26) Nunca
{se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(27) Esa
noche, cuando volvió a su casa, Ángela Vicario {encontró} allí la ortofónica envuelta en papel
de regalo y adornada con un lazo de organza. [CSA-CRONICA]
(28) De
pronto, poco antes del luto de la hermana, {la encontré} en la calle por primera vez, vestida de
mujer y con el cabello rizado, y apenas si pude creer que fuera la misma. [CSA-CRONICA]
S-CD-CPR
(29) «Nunca {la dejaba} cargada», me dijo su madre.
[CSA-CRONICA]
(30) La
había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
(31)
«{Tenía} el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
(32) El día
en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando {lo vio}
vestido de blanco. [CSA-CRONICA]
(33) A su
madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se
fuera a mojar en la lluvia, pues {lo había oído} estornudar mientras dormía.
[CSA-CRONICA]
S-CI
(34) Estuvo un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas
de cardamina, hasta que {se le pasó} la ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
(35) A su
madre, en cambio, lo único que {le interesaba} de la llegada del obispo era que el hijo no se
fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía. [CSA-CRONICA]
(36) La
había amado en secreto varios años en los establos de la hacienda, y la llevó a servir en su
casa cuando {se le acabó} el afecto. [CSA-CRONICA]
(37)
Divina Flor {se le adelantó} para abrirle la puerta, tratando de no dejarse alcanzar por entre
las jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
(38) Allí
obtuvo muchos datos que {le faltaban} para calcular los costos de la parranda. [CSA-CRONICA]
S-CI-CP
(39) Podía haber sido verdad, pero lo mismo hubiera contestado
cualquier otra cosa, pues tenía una manera de hablar que más bien {le servía} para ocultar que para
decir. [CSA-CRONICA]
(40) -{Se
me pareció} al diablo -me dijo-, pero tú mismo me habías dicho que esas cosas no se deben decir
por escrito. [CSA-CRONICA]
(41)
Ángela Vicario me contó que la propietaria de la pensión {le había hablado} de este episodio
desde antes de que Bayardo San Román la requiriera en amores. [CSA-CRONICA]
(42) {Le
insistieron} en que aun los maridos más difíciles se resignaban a cualquier cosa siempre que
nadie lo supiera. [CSA-CRONICA]
(43) Sin
embargo, aun sin la bendición del obispo, la fiesta adquirió una fuerza propia tan difícil de
amaestrar, que al mismo Bayardo San Román {se le salió} de las manos y terminó por ser un
acontecimiento público. [CSA-CRONICA]
S-CI-CP-CP
(44) Las partituras que trajiste {nos sirvieron} de excusa para renunciar a
algunas de las excursiones y a los tardíos y tumultuosos baños en el lago. [BDS]
(45) Desde el estómago hasta la garganta le subió un vacío doloroso. [BDS]
S-CI-CPR
(46) Nadie se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba
prevenido, porque a todos {les pareció} imposible que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
(47) {Me
pareció} atractivo, en efecto, pero muy lejos de la visión idílica de Magdalena Oliver.
[CSA-CRONICA]
(48) {Me
pareció} más serio de lo que hacían creer sus travesuras, y de una tensión recóndita apenas
disimulada por sus gracias excesivas. [CSA-CRONICA]
(49) Pero
sobre todo, {me pareció} un hombre muy triste. [CSA-CRONICA]
(50)
Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno lo auscultaba {se le sentían} borboritar las
lágrimas dentro del corazón.» [CSA-CRONICA]
S-CP
(51) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
{caía} una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(52)
«Siempre {soñaba} con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(53) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(54) Nadie
estaba seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
(55) Muchos
{coincidían} en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
través de los platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
S-CP-CP
(56) En la planta alta, donde antes estuvieron las oficinas de
aduana, hizo dos dormitorios amplios y cinco camarotes para los muchos hijos que pensaba tener, y
construyó un balcón de madera sobre los almendros de la plaza, donde Plácida Linero {se sentaba} en
las tardes de marzo a consolarse de su soledad. [CSA-CRONICA]
(57) Sin
embargo, fue por allí, y no por la puerta posterior, por donde esperaban a Santiago Nasar los
hombres que lo iban a matar, y fue por allí por donde él {salió} a recibir al obispo, a pesar de
que debía darle una vuelta completa a la casa para llegar al puerto. [CSA-CRONICA]
(58)
{Había contribuido} con varias cargas de leña a las solicitudes públicas del padre Carmen
Amador, y además había escogido él mismo los gallos de crestas más apetitosas. [CSA-CRONICA]
(59) Mi
hermana Margot, que {estaba} con él en el muelle, lo encontró de muy buen humor y con ánimos de
seguir la fiesta, a pesar de que las aspirinas no le habían causado ningún alivio.
[CSA-CRONICA]
(60) Con
la misma propiedad {había hablado} de enfermedades fronterizas con un médico militar que pasó
por aquellos meses haciendo la leva. [CSA-CRONICA]
S-CP-CPR
(61) «La semana anterior había soñado que {iba} solo en un avión
de papel de estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
(62) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
de la vejez, cuando {volví} a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(63) En la
baranda superior, junto al camarote del capitán, {iba} el obispo de sotana blanca con su séquito
de españoles. [CSA-CRONICA]
(64)
{Había estado} de parranda con Santiago Nasar y conmigo hasta un poco antes de las cuatro, pero
no había ido a dormir donde sus padres, sino que {se quedó} conversando en casa de sus
abuelos. [CSA-CRONICA]
(65) Mi
hermana {volvió} a casa mordiéndose por dentro para no llorar. [CSA-CRONICA]
S-CPR
(66) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
caía una llovizna tierna, y por un instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió}
por completo salpicado de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(67) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
a todos les comentó de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(68) Nadie
{estaba} seguro de si se refería al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
(69) Muchos
coincidían en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
través de los platanales, como {era} de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(70) Pero
la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
Este atributo es de aplicación siempre que el PREDICADO esté constituido por una forma verbal de participio o por una forma verbal en voz pasiva con participio. Sus valores son: femenino, masculino y neutro.
Femenino
(1) Tenía una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera
de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(2) Pero la
mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso
olor de aguas {dormidas}, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
(3) En el
monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, podían partir un
caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
(4) Siempre
dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada, pero
antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la mesa
de noche. [CSA-CRONICA]
(5) «Nunca
la dejaba {cargada}», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
(6) Era una
costumbre sabia {impuesta} por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
almohada para quitarle la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala
desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra
por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el
altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
(7) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré {postrada} por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(8) Estaba
de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
(9) La
madre, Alberta Simonds, una mulata grande de Curazao que hablaba el castellano todavía
atravesado de papiamento, {había sido proclamada} en su juventud como la más bella entre las 200
más bellas de las Antillas. [CSA-CRONICA]
(10) Ellas
{habían sido educadas} para casarse. [CSA-CRONICA]
Masculino
(11) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(12) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo {olvidado} tratando de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo {roto} de la memoria. [CSA-CRONICA]
(13) «Tenía
el vestido de lino blanco {lavado} con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
(14) Nunca
se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones {amaestrados} fue
para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(15) El día
en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio
{vestido} de blanco. [CSA-CRONICA]
(16)
Victoria Guzmán le mostró el cuchillo {ensangrentado}. [CSA-CRONICA]
(17)
Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre {acostumbrado} a matar
animales inermes expresara de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
(18)
Santiago Nasar atravesó a pasos largos la casa en penumbra, {perseguido} por los bramidos de
júbilo del buque del obispo. [CSA-CRONICA]
(19) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que {fue
destazado} como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor,
y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(20) Los
hermanos {fueron criados} para ser hombres. [CSA-CRONICA]
Neutro
(21) En ese tiempo no estaba {permitido} comulgar de pie y sólo se
oficiaba en latín, pero mi madre suele hacer esa clase de precisiones superfluas cuando quiere
llegar al fondo de las cosas. [CSA-CRONICA]
(22) Sin
embargo, después de ese veredicto consagratorio me escribió dos cartas más en las que nada me
decía sobre Bayardo San Román, ni siquiera cuando fue demasiado {sabido} que quería casarse con
Ángela Vicario. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Género del 1.º clítico funcional son: femenino, masculino, neutro.
Femenino
(1) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado}
en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(2) Yo
estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(3) Siempre
dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes
de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la mesa de
noche. [CSA-CRONICA]
(4) «Nunca
{la dejaba} cargada», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
(5) Yo lo
sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
de la casa. [CSA-CRONICA]
(6) Era una
costumbre sabia impuesta por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la almohada
para {quitarle} la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala desbarató
el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra por el
comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el altar
mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
(7) {La
había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y lo vio aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
(8)
Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella no les puso atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
(9) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que {la encontré} postrada por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(10) Apenas
si distinguía las formas a plena luz, y tenía hojas medicinales en las sienes para el dolor de
cabeza eterno que {le dejó} su hijo la última vez que pasó por el dormitorio.
[CSA-CRONICA]
Masculino
(11) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(12)
«Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(13) «La
semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar
por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(14) Había
dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(15) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
y a todos {les comentó} de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(16)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(17) «Nunca
la dejaba cargada», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
(18) La
había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
{había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
(19)
Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
(20) {Lo
vio} desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas
luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas
astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
Neutro
(21) Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana
radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que {lo
fuera} en un buen febrero de aquella época. [CSA-CRONICA]
(22) Yo {lo
sabía}, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de cargarlas dentro de
la casa. [CSA-CRONICA]
(23) Era el
hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, pero él
parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y {siguió
pareciéndolo} con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
(24) Pero
en el curso de sus años admitió que ambas {lo sabían} cuando él entró en la cocina a tomar el
café. [CSA-CRONICA]
(25) No
les alcanzará la vida para {contarlo}. [CSA-CRONICA]
(26) Nadie
se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible
que {no lo estuviera}. [CSA-CRONICA]
(27) «De
{haberlo sabido}, me lo hubiera llevado para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
instructor. [CSA-CRONICA]
(28) Era
extraño que {no lo supiera}, pero {lo era} mucho más que tampoco {lo supiera} mi madre, pues se
enteraba de todo antes que nadie en la casa, a pesar de que hacía años que no salía a la calle,
ni siquiera para ir a misa. [CSA-CRONICA]
(29) No
fue la única que {lo pensó}, ni tampoco la última en darse cuenta de que Bayardo San Román no
era un hombre de conocer a primera vista. [CSA-CRONICA]
(30) De
modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para devolvérsela
a su dueño, y {lo hicieron} con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera
regresar. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Género del 2.º clítico funcional son: femenino, masculino, neutro.
Femenino
(1) De modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la
ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo
nadie que la viera venir y no la viera regresar. [CSA-CRONICA]
(2) -{Se
la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
Masculino
(3) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(4) Pero
{no me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
Neutro
(5) {Se lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a
pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban
esperando. [CSA-CRONICA]
(6) A
alguien que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le
contestó: [CSA-CRONICA]
(7) Mi
madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
[CSA-CRONICA]
(8) Esa
precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo
que el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel
día {me lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
(9)
Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
(10)
Muchos sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara
conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó}
cuando nos casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Impersonalidad son: personal, genérico 2.ª singular, genérico uno, impersonal 3.ª plural, impersonal léxica, impersonal perifrástica, impersonal refleja animada, impersonal refleja no animada e impersonal todos/1.ª plural.
Personal
(1) «Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(2)
{Estuvo} un largo rato {sentada} en la hamaca, {masticando} pepas de cardamina, hasta que {se le
pasó} la ilusión de que el hijo {había vuelto}. [CSA-CRONICA]
(3)
Victoria Guzmán {necesitó} casi 20 años para {entender} que un hombre {acostumbrado} a {matar}
animales inermes {expresara} de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
Genérico uno
Los valores genéricos del infinitivo se incorporan en CSA en el tipo genérico uno.
(4) Conservó también la puerta posterior, sólo que un poco más
alzada para {pasar} a caballo, y mantuvo en servicio una parte del antiguo muelle. [CSA-CRONICA]
(5) Fue lo
mismo de siempre, que uno {empieza a contarle} algo, y antes de que el cuento llegue a la mitad
ya ella sabe cómo termina.»
(6) «Cuando uno {sacrifica} una res {no
se atreve} a {mirarle} los ojos.»
Impersonal 3.ª plural
(7) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(8) {Me
dijeron} que lo habías invitado a desayunar. [CSA-CRONICA]
(9) Sólo
en la cárcel {lograron} {sanarlo}. [CSA-CRONICA]
Impersonal léxica
(10) Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que {no había
llovido} aquel día, ni en todo el mes de febrero. [CSA-CRONICA]
(11) «Me
di cuenta de pronto de que {no podía haber} un partido mejor que él», me dijo. [CSA-CRONICA]
(12)
«Recuerdo con seguridad que {eran} casi las cinco y {empezaba a llover}», me dijo el coronel
Lázaro Aponte. [CSA-CRONICA]
Impersonal perifrástica
(13) -{Hay que estar} siempre de parte del muerto -dijo ella.
[CSA-CRONICA]
(14) Pero
era una orden del alcalde, y las órdenes de aquel bárbaro, por estúpidas que fueran, {había que
cumplirlas}.» [CSA-CRONICA]
Impersonal refleja animada
(15) En ese tiempo no estaba permitido comulgar de pie y sólo {se
oficiaba} en latín, pero mi madre suele hacer esa clase de precisiones superfluas cuando quiere
llegar al fondo de las cosas.
(16) «Mi madre me había enseñado que
nunca {se debe hablar} de plata delante de la otra gente», me dijo.
(17) Durante años {se siguió hablando}
en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor de los recién
casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y que el doctor
Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que se lo llevaran en el buque
oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el obispo.
Impersonal refleja no animada
(18) Era un alboroto tan grande, que {no podía creerse} que
hubiera tantos gallos en el pueblo, y pensé que venían en el buque del obispo.»
[CSA-CRONICA]
(19) En
las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores de
la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
[CSA-CRONICA]
(20) Había
mucha gente en el puerto además de las autoridades y los niños de las escuelas, y por todas
partes {se veían} los huacales de gallos bien cebados que le llevaban de regalo al obispo,
porque la sopa de crestas era su plato predilecto. [CSA-CRONICA]
Impersonal todos/1.ª plural
Los valores posibles del atributo Modo son: gerundio, imperativo, indicativo, infinitivo, participio, subjuntivo.
Algunos ejemplos:
Gerundio
(1) «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su
madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(2) Yo
estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas {tocando} a rebato, porque pensé
que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(3) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado {tratando} de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(4) Estuvo
un largo rato sentada en la hamaca, {masticando} pepas de cardamina, hasta que se le pasó la
ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
(5)
Santiago Nasar masticó otra aspirina y se sentó a beber a sorbos lentos el tazón de café,
{pensando} despacio, sin apartar la vista de las dos mujeres que destripaban los conejos en la
hornilla. [CSA-CRONICA]
(6) Divina
Flor se le adelantó para abrirle la puerta, {tratando} de no dejarse alcanzar por entre las
jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
(7) Los
hombres que lo iban a matar se habían dormido en los asientos, {apretando} en el regazo los
cuchillos envueltos en periódicos, y Clotilde Armenta reprimió el aliento para no
despertarlos. [CSA-CRONICA]
(8) Las
niñas de la escuela de monjas atravesaron la plaza en ese momento {trotando} en desorden con sus
uniformes de huérfanas. [CSA-CRONICA]
(9)
Apareció en la vuelta del río, {rezongando} como un dragón, y entonces la banda de músicos
empezó a tocar el himno del obispo, y los gallos se pusieron a cantar en los huacales y
alborotaron a los otros gallos del pueblo. [CSA-CRONICA]
(10) Había
estado de parranda con Santiago Nasar y conmigo hasta un poco antes de las cuatro, pero no había
ido a dormir donde sus padres, sino que se quedó {conversando} en casa de sus abuelos.
[CSA-CRONICA]
(11) Se
despidió de ella con la misma señal de la mano con que se había despedido de su madre, y se
alejó hacia la plaza {llevando} del brazo a Cristo Bedoya. [CSA-CRONICA]
(12) La
encontraba como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, {barriendo} el patio con una escoba
de ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café me iba contando lo
que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
(13) Había
terminado de barrer el patio, y cuando mi hermana Margot salía a recibir al obispo la encontró
{moliendo} la yuca para las caribañolas. [CSA-CRONICA]
(14) «Se
oían gallos», suele decir mi madre {recordando} aquel día. [CSA-CRONICA]
(15) Mi
hermana Margot había ido hasta el puerto {caminando} por la orilla, y la gente estaba demasiado
excitada con la visita del obispo para ocuparse de otras novedades. [CSA-CRONICA]
Imperativo
(16) -{Suéltala}, blanco -le ordenó en serio-.
[CSA-CRONICA]
(17)
{Imagínate} que fuera un ser humano. [CSA-CRONICA]
(18)
«{Imagínate}: [CSA-CRONICA]
(19)
-{Quítalo} -dijo mi hermana. [CSA-CRONICA]
(20)
-{Espérate} y me visto -le dijo él. [CSA-CRONICA]
(21)
-{Acompáñala} tú -ordenó mi padre. [CSA-CRONICA]
(22)
-Cuando despierte -dijo-, {recuérdame} que me voy a casar con ella. [CSA-CRONICA]
(23)
{Imagínate}: [CSA-CRONICA]
(24)
«{Imagínate} -me dijo Ángela Vicario-: [CSA-CRONICA]
(25)
«{Imagínate} -me dijo-: [CSA-CRONICA]
(26)
{dinos} quién fue. [CSA-CRONICA]
Indicativo
(27) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó}
a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
(28) {Había
soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de cagada
de pájaros. [CSA-CRONICA]
(29)
«Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(30) «La
semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(31) {Tenía}
una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
{precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
(32) Tampoco
Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
(33) {Había
dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(34) Más
aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(35) Nadie
{estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
(36) Muchos
{coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
a través de los platanales, como {era} de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(37) Pero
la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia {estaba cayendo} una llovizna
menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
(38) Yo
{estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si {desperté} con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
{pensé} que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(39)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(40) {Era}
un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
(41) De no
haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
[CSA-CRONICA]
Infinitivo
(42) El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(43) Había
soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante
fue feliz en el sueño, pero al {despertar} se sintió por completo salpicado de cagada de
pájaros. [CSA-CRONICA]
(44) «La
semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin
{tropezar} por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
(45) Muchos
coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
través de los platanales, como era de {pensar} que lo fuera en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(46) De {no
haber sido} por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de
{montar} con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su
padre, y que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
(47)
Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada,
pero antes de {abandonar} la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la
mesa de noche. [CSA-CRONICA]
(48) Yo lo
sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
de la casa. [CSA-CRONICA]
(49) Era
una costumbre sabia impuesta por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
almohada para {quitarle} la funda, y la pistola se disparó al {chocar} contra el suelo, y la
bala desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de
guerra por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño
natural en el altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
(50) La
había despertado cuando trataba de {encontrar} a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y lo vio {aparecer} en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
(51) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de {recomponer} con tantas astillas
dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
(52) Estaba
de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para {tratar} de {incorporarse}, y
había en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
(53) Nunca
se les vio armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
{hacer} una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(54) La
muerte de su padre lo había forzado a {abandonar} los estudios al término de la escuela
secundaria, para {hacerse} cargo de la hacienda familiar. [CSA-CRONICA]
(55) Pero
él le explicó que se había vestido de pontifical por si tenía ocasión de {besarle} el anillo al
obispo. [CSA-CRONICA]
(56) A su
madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se
fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído {estornudar} mientras dormía.
[CSA-CRONICA]
Participio
(57) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(58) Tenía
una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo,
ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su
muerte. [CSA-CRONICA]
(59) Pero
la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso
olor de aguas {dormidas}, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
(60) En el
monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, podían partir un
caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
(61)
Siempre dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada,
pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la
mesa de noche. [CSA-CRONICA]
(62) «Nunca
la dejaba {cargada}», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
(63) Era
una costumbre sabia {impuesta} por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
almohada para quitarle la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala
desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra
por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el
altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
(64) Lo vio
desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré {postrada} por las últimas luces
de la vejez, cuando volví a este pueblo {olvidado} tratando de recomponer con tantas astillas
dispersas el espejo {roto} de la memoria. [CSA-CRONICA]
(65) Estaba
de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
(66) «Tenía
el vestido de lino blanco {lavado} con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
(67) Estuvo
un largo rato {sentada} en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que se le pasó la
ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
(68)
Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que no se sintiera
{excluida}. [CSA-CRONICA]
(69) Nunca
se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones {amaestrados} fue
para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(70) El día
en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio
{vestido} de blanco. [CSA-CRONICA]
(71) Estaba
descuartizando tres conejos para el almuerzo, {rodeada} de perros acezantes, cuando Santiago
Nasar entró en la cocina. [CSA-CRONICA]
Subjuntivo
(72) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(73) Muchos
coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
través de los platanales, como era de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(74) Yo lo
sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie {cediera} ni por casualidad a la tentación de cargarlas dentro
de la casa. [CSA-CRONICA]
(75)
Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que {no se sintiera}
excluida. [CSA-CRONICA]
(76) A su
madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo {no se
fuera a mojar} en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía.
[CSA-CRONICA]
(77) Le
aconsejó que {llevara} un paraguas, pero él le hizo un signo de adiós con la mano y salió del
cuarto. [CSA-CRONICA]
(78) De esa
agua no beberás mientras yo {esté} viva. [CSA-CRONICA]
(79) -{No
seas} bárbara -le dijo él-. [CSA-CRONICA]
(80)
Imagínate que {fuera} un ser humano. [CSA-CRONICA]
(81)
Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre acostumbrado a matar animales
inermes {expresara} de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
(82) No
obstante, Divina Flor me confesó en una visita posterior, cuando ya su madre había muerto, que
ésta no le había dicho nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que {lo
mataran}. [CSA-CRONICA]
(83) Era
un alboroto tan grande, que no podía creerse que {hubiera} tantos gallos en el pueblo, y pensé
que venían en el buque del obispo.» [CSA-CRONICA]
(84) Lo
único que ella pudo hacer por el hombre que nunca había de ser suyo, fue dejar la puerta sin
tranca, contra las órdenes de Plácida Linero, para que él {pudiera entrar} otra vez en caso de
urgencia. [CSA-CRONICA]
(85) En
las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores de
la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
[CSA-CRONICA]
(86) {Déjenlo} para después, aunque
{sea} por respeto al señor obispo. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Número son: plural, singular. En CSA los infinitivos y gerundios en voz media pronominal incluyen también el atributo número, dato que se toma del clítico correspondiente.
Plural
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(2) Tenía
una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que
{precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
(3) Más
aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(4) Muchos
{coincidían} en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
través de los platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(5) En el
monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, {podían partir}
un caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
(6) -Todos
los sueños con pájaros {son} de buena salud -dijo. [CSA-CRONICA]
(7) Nunca
se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que {trajeron} sus halcones {amaestrados} fue
para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(8) En ésas
{estaban} cuando el pueblo entero despertó con el bramido estremecedor del buque de vapor en que
llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
(9) En la
planta alta, donde antes {estuvieron} las oficinas de aduana, hizo dos dormitorios amplios y
cinco camarotes para los muchos hijos que pensaba tener, y construyó un balcón de madera sobre
los almendros de la plaza, donde Plácida Linero se sentaba en las tardes de marzo a consolarse
de su soledad. [CSA-CRONICA]
(10) Sin
embargo, fue por allí, y no por la puerta posterior, por donde {esperaban} a Santiago Nasar los
hombres que {lo iban a matar}, y fue por allí por donde él salió a recibir al obispo, a pesar de
que debía darle una vuelta completa a la casa para llegar al puerto. [CSA-CRONICA]
(11)
«Entonces se acabó el pito del buque y {empezaron a cantar} los gallos -me dijo-.
[CSA-CRONICA]
(12)
Divina Flor se le adelantó para abrirle la puerta, tratando de no dejarse alcanzar por entre las
jaulas de pájaros {dormidos} del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
helechos {colgados} de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
(13)
Alguien que nunca fue identificado había metido por debajo de la puerta un papel dentro de un
sobre, en el cual {le avisaban} a Santiago Nasar que {lo estaban esperando} para matarlo, y {le
revelaban} además el lugar y los motivos, y otros detalles muy precisos de la confabulación.
[CSA-CRONICA]
(14)
{Habían dado} las seis y aún {seguían} {encendidas} las luces públicas. [CSA-CRONICA]
(15) El
buque se fue con las luces {encendidas} y dejando un reguero de valses de pianola, y por un
instante {quedamos} a la deriva sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a
reconocernos} unos a otros y {nos hundimos} en el manglar de la parranda. [CSA-CRONICA]
(16) La
noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia
de construir un ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
[CSA-CRONICA]
(17)
Bayardo San Román reventó cohetes, tomó aguardiente de las botellas que le tendía la
muchedumbre, y se bajó del coche con Ángela Vicario para {meterse} en la rueda de la
cumbiamba. [CSA-CRONICA]
Singular
(18) {Había soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde
{caía} una llovizna tierna, y por un instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió}
por completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(19)
«Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(20) «La
semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(21) Yo
{estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si {desperté} con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
{pensé} que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(22) {Era}
un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
(23) De no
haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
[CSA-CRONICA]
(24)
Siempre {dormía} como {durmió} su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la
almohada, pero antes de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y {la puso} en la
gaveta de la mesa de noche. [CSA-CRONICA]
(25) «Nunca
{la dejaba} {cargada}», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
(26) Yo {lo
sabía}, y {sabía} además que {guardaba} las armas en un lugar y {escondía} la munición en otro
lugar muy apartado, de modo que nadie {cediera} ni por casualidad a la tentación de cargarlas
dentro de la casa. [CSA-CRONICA]
(27)
-{Suéltala}, blanco -{le ordenó} en serio-. [CSA-CRONICA]
(28)
Santiago Nasar, que entonces {era} muy niño, {no olvidó} nunca la lección de aquel percance.
[CSA-CRONICA]
(29) De esa
agua {no beberás} mientras yo {esté} viva. [CSA-CRONICA]
(30) -{No
seas} bárbara -{le dijo} él-. [CSA-CRONICA]
(31)
-Cuando {despierte} -dijo-, {recuérdame} que {me voy a casar} con ella. [CSA-CRONICA]
(32) «La
verdad -{me dijo}- {es} que yo {no quería} ser bendecida por un hombre que sólo {cortaba} las
crestas para la sopa y {botaba} en la basura el resto del gallo.» [CSA-CRONICA]
(33)
«Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien {casarme}». [CSA-CRONICA]
(34) El
juez instructor que vino de Riohacha debió sentirlas sin {atreverse} a admitirlas, pues su
interés de darles una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Número del 1.º clítico funcional son: plural, singular, singular no concordado.
Plural
(1) Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo
apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas
tocando a rebato, porque pensé que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(2) Yo lo
sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
de la casa. [CSA-CRONICA]
(3)
Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
(4) Nunca
{se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
(5) Pero no
pudo eludir una rápida ráfaga de espanto al recordar el horror de Santiago Nasar cuando ella
arrancó de cuajo las entrañas de un conejo y {les tiró} a los perros el tripajo humeante.
[CSA-CRONICA]
(6) El
juez instructor que vino de Riohacha {debió sentirlas} sin atreverse a {admitirlas}, pues su
interés de {darles} una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
(7) Los
hombres que lo iban a matar se habían dormido en los asientos, apretando en el regazo los
cuchillos envueltos en periódicos, y Clotilde Armenta reprimió el aliento para {no
despertarlos}. [CSA-CRONICA]
(8) Yo,
que {los conocía} desde la escuela primaria, hubiera escrito lo mismo. [CSA-CRONICA]
(9) Esa
mañana llevaban todavía los vestidos de paño oscuro de la boda, demasiado gruesos y formales
para el Caribe, y tenían el aspecto devastado por tantas horas de mala vida, pero habían
cumplido con el deber de {afeitarse}. [CSA-CRONICA]
(10) {No
les alcanzará} la vida para contarlo. [CSA-CRONICA]
(11) Ella
solía invitarlo a desayunar en nuestra casa cuando había caribañolas de yuca, y mi madre {las
estaba haciendo} aquella mañana. [CSA-CRONICA]
(12) Nadie
se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos {les pareció} imposible
que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
(13)
Parecía tener hilos de comunicación secreta con la otra gente del pueblo, sobre todo con la de
su edad, y a veces {nos sorprendía} con noticias anticipadas que no hubiera podido conocer sino
por artes de adivinación. [CSA-CRONICA]
(14)
Encontró a mi madre en el comedor, con un traje dominical de flores azules que se había puesto
por si el obispo pasaba a {saludarnos}, y estaba cantando el fado del amor invisible mientras
arreglaba la mesa. [CSA-CRONICA]
(15) Mi
madre {no les hizo} caso, por una vez en la vida, ni le prestó atención a su esposo.
[CSA-CRONICA]
Singular
(16) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(17)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(18) {La
había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
{había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
(19) Estaba
de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
(20) Apenas
aparecí en el vano de la puerta {me confundió} con el recuerdo de Santiago Nasar.
[CSA-CRONICA]
(21) «Es
como el cine», {me había dicho} alguna vez. [CSA-CRONICA]
(22) Era
lo que hacía siempre cuando {me encontraba} sola por los rincones de la casa, pero aquel día no
sentí el susto de siempre sino unas ganas horribles de llorar.» [CSA-CRONICA]
(23) -{Me
cambio} de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj en la
mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
(24) «De
{haberlo sabido}, {me lo hubiera llevado} para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
instructor. [CSA-CRONICA]
(25) {La
encontraba} como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, barriendo el patio con una escoba
de ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café {me iba contando}
lo que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
(26) Había
terminado de barrer el patio, y cuando mi hermana Margot salía a recibir al obispo {la encontró}
moliendo la yuca para las caribañolas. [CSA-CRONICA]
(27)
«Sentí que era yo la que {me iba a morir}», dijo mi hermana. [CSA-CRONICA]
(28) «Pero
por más que volteaban el cuento al derecho y al revés, nadie {podía explicarme} cómo fue que el
pobre Santiago Nasar terminó comprometido en semejante enredo.» [CSA-CRONICA]
(29) Lo
único que sabían con seguridad era que los hermanos de Ángela Vicario {lo estaban esperando}
para {matarlo}. [CSA-CRONICA]
(30) {Me
dijeron} que {lo habías invitado} a desayunar. [CSA-CRONICA]
Singular no concordado
(31) Bayardo San Román {le puso} término a tantas conjeturas con
un recurso simple: [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Número del 2.º clítico funcional son: plural, singular.
Plural
Singular
(2) {Se lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a
pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban
esperando. [CSA-CRONICA]
(3) A
alguien que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le
contestó: [CSA-CRONICA]
(4) Mi
madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
[CSA-CRONICA]
(5) De
modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para
{devolvérsela} a su dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir
y no la viera regresar. [CSA-CRONICA]
(6) -{Se
la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
(7) Pero
{no me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
(8) Esa
precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo
que el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel
día {me lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
(9)
Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
(10)
Muchos sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara
conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó}
cuando nos casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
Los valores posibles del atributo Persona son: 1.ª, 2.ª, 3.ª. En CSA los infinitivos y gerundios en voz media pronominal incluyen también los valores del atributo persona, dato que se toma del clítico correspondiente.
1.ª
(1) -{Me cambio} de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta
de que había olvidado el reloj en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
(2)
-{Tenemos} tantos vínculos con ella como con los Vicario -dijo mi padre. [CSA-CRONICA]
(3) «El
hombre raro se llama Bayardo San Román, y todo el mundo dice que es encantador, pero yo {no lo
he visto}». [CSA-CRONICA]
(4) {Lo
conocí} poco después que ella, cuando {vine} a las vacaciones de Navidad, y {no lo encontré} tan
raro como decían. [CSA-CRONICA]
(5)
-Cuando {despierte} -dijo-, recuérdame que {me voy a casar} con ella. [CSA-CRONICA]
(6) Yo
{volvía a verla} año tras año, durante mis vacaciones de Navidad, y cada vez parecía más
desvalida en la ventana de su casa, donde se sentaba por la tarde a hacer flores de trapo y a
cantar valses de solteras con sus vecinas. [CSA-CRONICA]
(7) De
pronto, poco antes del luto de la hermana, {la encontré} en la calle por primera vez, vestida de
mujer y con el cabello rizado, y apenas si {pude creer} que fuera la misma.
[CSA-CRONICA]
(8) Y yo
{le contesté}, sin saber para qué era, que la más bonita del pueblo era la quinta del viudo de
Xius.» [CSA-CRONICA]
(9) -{Se
la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
(10) -{Lo
siento}, Bayardo -dijo el viudo-, pero ustedes los jóvenes no entienden los motivos del
corazón. [CSA-CRONICA]
(11)-{Digamos}
cinco mil pesos -dijo. [CSA-CRONICA]
(12) «Lo
único que {le rogaba} a Dios es que me diera valor para matarme -me dijo Ángela Vicario-.
[CSA-CRONICA]
(13) «{Les
obedecí} a ciegas -me dijo- porque me habían hecho creer que eran expertas en chanchullos de
hombres.» [CSA-CRONICA]
(14) «La
verdad -me dijo- es que yo {no quería} ser bendecida por un hombre que sólo cortaba las crestas
para la sopa y botaba en la basura el resto del gallo.» [CSA-CRONICA]
(15) El
buque se fue con las luces encendidas y dejando un reguero de valses de pianola, y por un
instante {quedamos} a la deriva sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a
reconocernos} unos a otros y {nos hundimos} en el manglar de la parranda. [CSA-CRONICA]
(16)
«Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien {casarme}». [CSA-CRONICA]
(17) La
noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia
de construir un ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
[CSA-CRONICA]
(18) Al
contrario: sentía como si por fin me hubiera quitado de encima la conduerma de la muerte, y lo
único que quería era que todo terminara rápido para {tirarme} a dormir.» [CSA-CRONICA]
2.ª
(19)-Ya {estás} en tiempo de desbravar -le dijo. [CSA-CRONICA]
(20)
-{Suéltala}, blanco -le ordenó en serio-. [CSA-CRONICA]
(21) De esa
agua {no beberás} mientras yo esté viva. [CSA-CRONICA]
(22) -{No
seas} bárbara -le dijo él-. [CSA-CRONICA]
(23)
{Imagínate} que fuera un ser humano. [CSA-CRONICA]
(24)
«{Imagínate}: [CSA-CRONICA]
(25) Me
dijeron que {lo habías invitado} a desayunar. [CSA-CRONICA]
(26)
-Cuando despierte -dijo-, {recuérdame} que me voy a casar con ella. [CSA-CRONICA]
(27)
-{Espérate} y me visto -le dijo él. [CSA-CRONICA]
(28)
-{Acompáñala} tú -ordenó mi padre. [CSA-CRONICA]
(29)
«{Imagínate} -me dijo Ángela Vicario-: [CSA-CRONICA]
(30)
{dinos} quién fue. [CSA-CRONICA]
3.ª
(31) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó}
a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
(32) {Había
soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de cagada
de pájaros. [CSA-CRONICA]
(33)
«Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(34) «La
semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(35) {Tenía}
una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
{precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
(36) Tampoco
Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
(37) {Había
dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(38) Más
aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(39) Nadie
{estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
(40) Muchos
{coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
a través de los platanales, como {era} de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
(41) Pero
la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia {estaba cayendo} una llovizna
menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
(42) Yo
estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(43)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(44) {Era}
un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
(45) De no
haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
[CSA-CRONICA]
(46) La
muerte de su padre lo había forzado a abandonar los estudios al término de la escuela
secundaria, para {hacerse} cargo de la hacienda familiar. [CSA-CRONICA]
(47) El
juez instructor que vino de Riohacha debió sentirlas sin {atreverse} a admitirlas, pues su
interés de darles una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
(48) Tan
aturdida estaba que había resuelto contarle la verdad a su madre para {librarse} de aquel
martirio, cuando sus dos únicas confidentes, que la ayudaban a hacer flores de trapo junto a la
ventana, la disuadieron de su buena intención. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Persona del 1.º clítico funcional son: 1.ª, 2.ª, 3.ª.
1.ª
(1) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
[CSA-CRONICA]
(2) Estaba
de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
[CSA-CRONICA]
(3) Apenas
aparecí en el vano de la puerta {me confundió} con el recuerdo de Santiago Nasar.
[CSA-CRONICA]
(4) «Es
como el cine», {me había dicho} alguna vez. [CSA-CRONICA]
(5) Era lo
que hacía siempre cuando {me encontraba} sola por los rincones de la casa, pero aquel día no
sentí el susto de siempre sino unas ganas horribles de llorar.» [CSA-CRONICA]
(6) -{Me
cambio} de ropa y te alcanzo -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj en la
mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
(7) «De
haberlo sabido, {me lo hubiera llevado} para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
instructor. [CSA-CRONICA]
(8) La
encontraba como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, barriendo el patio con una escoba de
ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café {me iba contando} lo
que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
(9)
Parecía tener hilos de comunicación secreta con la otra gente del pueblo, sobre todo con la de
su edad, y a veces {nos sorprendía} con noticias anticipadas que no hubiera podido conocer sino
por artes de adivinación. [CSA-CRONICA]
(10)
Encontró a mi madre en el comedor, con un traje dominical de flores azules que se había puesto
por si el obispo pasaba a {saludarnos}, y estaba cantando el fado del amor invisible mientras
arreglaba la mesa. [CSA-CRONICA]
(11)
-Espérate y {me visto} -le dijo él. [CSA-CRONICA]
(12) Mi
madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
[CSA-CRONICA]
(13) -{Se
me pareció} al diablo -{me dijo}-, pero tú mismo {me habías dicho} que esas cosas no se deben
decir por escrito. [CSA-CRONICA]
(14)
{Espéreme} aquí cinco minutos. [CSA-CRONICA]
(15) «Lo
único que le rogaba a Dios es que {me diera} valor para {matarme} -{me dijo} Ángela
Vicario-. [CSA-CRONICA]
2.ª
(16) -Me cambio de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta
de que había olvidado el reloj en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
3.ª
(17) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado}
en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(18) Había
dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(19)
Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
(20) {La
había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
{había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
(21)
Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
(22) Estuvo
un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que {se le pasó} la
ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
(23) Yo {lo
vi} en su memoria. [CSA-CRONICA]
(24) Pero
él {le explicó} que {se había vestido} de pontifical por si tenía ocasión de {besarle} el anillo
al obispo. [CSA-CRONICA]
(25) {La
había amado} en secreto varios años en los establos de la hacienda, y {la llevó} a servir en su
casa cuando {se le acabó} el afecto. [CSA-CRONICA]
(26) {Se
lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y
{les reveló} además los motivos y el lugar donde {lo estaban esperando}. [CSA-CRONICA]
(27) No
obstante, Divina Flor me confesó en una visita posterior, cuando ya su madre había muerto, que
ésta {no le había dicho} nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que {lo
mataran}. [CSA-CRONICA]
(28)
Divina Flor {se le adelantó} para abrirle la puerta, tratando de {no dejarse} alcanzar por entre
las jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
(29)
Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno {lo auscultaba} {se le sentían} borboritar las
lágrimas dentro del corazón.» [CSA-CRONICA]
(30) {No
se le había conocido} ningún novio anterior y había crecido junto con sus hermanas bajo el rigor
de una madre de hierro. [CSA-CRONICA]
(31)
Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Persona del 2.º clítico funcional son: 1.ª, 2.ª, 3.ª.
Ejemplos:
(1)
Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los
otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte.
[CSA-CRONICA]
(2) {Se lo había
dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además
los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. [CSA-CRONICA]
(3) A alguien que
no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le contestó:
[CSA-CRONICA]
(4) Mi madre {me
lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: [CSA-CRONICA]
(5) De modo que
sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su dueño, y
lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera regresar.
[CSA-CRONICA]
(6) -{Se la
compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
(7) Pero {no me lo
dio}.» [CSA-CRONICA]
(8) Esa precisión
había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo que el olor de las
flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel día {me lo repitió} al
entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
(9) Santiago Nasar
calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese momento unos nueve mil
pesos. [CSA-CRONICA]
(10) Muchos sabían
que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo, cuando apenas
había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó} cuando nos casamos catorce años
después. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Polaridad son: afirmativa, negativa, negativa subsidiaria.
Afirmativa
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó} a
las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
(2) {Había
soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
instante {fue} feliz en el sueño, pero al {despertar} {se sintió} por completo {salpicado} de
cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(3) «Siempre
{soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después
los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
(4) «La
semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
{tropezar} por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
(5) {Tenía}
una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
{precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
(6) Tampoco
Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
(7) {Había
dormido} poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
(8) Más
aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
(9) Nadie
{estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
(10) Muchos
{coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
a través de los platanales, como {era} de {pensar} que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
época. [CSA-CRONICA]
Negativa
(11) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio
aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
(12) De {no
haber sido} por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar
con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su padre, y que
él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
(13)
Santiago Nasar, que entonces era muy niño, {no olvidó} nunca la lección de aquel percance.
[CSA-CRONICA]
(14)
Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
[CSA-CRONICA]
(15) «Tenía
el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que {no
soportaba} el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
(16) Era el
hijo único de un matrimonio de conveniencia que {no tuvo} un solo instante de felicidad, pero él
parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y siguió
pareciéndolo con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
(17)
Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que {no se sintiera}
excluida. [CSA-CRONICA]
(18) Ella
{no dio} ninguna muestra de interés. [CSA-CRONICA]
(19) A su
madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo {no se
fuera a mojar} en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía.
[CSA-CRONICA]
(20)
Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que {no había llovido} aquel día, ni en todo el
mes de febrero. [CSA-CRONICA]
Negativa subsidiaria
(21) El tráfico de esclavos {podría no haber existido} si los europeos no hubieran mantenido con amplitud que los negros pertenecían a una raza inferior, quizá incluso infrahumana. [CREA]
Los valores posibles del atributo Tiempo, siguiendo la terminología académica, son: condicional compuesto -habría amado-, condicional simple -amaría-, futuro compuesto -habré amado/hubiere amado-, futuro simple -amaré/amare-, presente -amo/ame-, pretérito anterior -hube amado-, pretérito imperfecto -amaba/amara/amase-, pretérito perfecto compuesto -he amado/haya amando-, pretérito perfecto simple -amé-, pretérito pluscuamperfecto -había amado/hubiera amado/hubiese amado-.
Valores posibles del atributo Voz: activa, media pronominal, media recíproca, media reflexiva, pasiva. En este apartado nos limitamos a introducir descripciones aproximadas de cada uno de estos valores, con algunos ejemplos, pero su ejemplificación exahustiva está recogida en el apartado del atributo Impersonalidad, de cuya determinación la de la voz es indesligable.
Activa: el núcleo léxico de la frase verbal puede solo incrementarse con clíticos funcionales divergentes con respecto al sujeto o a la persona gramatical del verbo en las activas de alguna manera impersonales.
Personal
(1) «Siempre {soñaba} con árboles»,
{me dijo} Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de
aquel lunes ingrato.
(2) -{Se la compro} con todo lo que
{tiene} dentro.
Impersonal refleja animada
(3) En ese tiempo no estaba
permitido comulgar de pie y sólo {se oficiaba} en latín, pero mi madre suele hacer esa clase
de precisiones superfluas cuando quiere llegar al fondo de las cosas.
(4) «Mi madre me había enseñado que
nunca {se debe hablar} de plata delante de la otra gente», me dijo.
(5) Durante años {se siguió
hablando} en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor
de los recién casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y
que el doctor Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que se lo
llevaran en el buque oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el
obispo.
Impersonal refleja no animada
(6) Era un alboroto tan grande, que
{no podía creerse} que hubiera tantos gallos en el pueblo, y pensé que venían en el buque
del obispo.» [CSA-CRONICA]
(7) En
las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores
de la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
[CSA-CRONICA]
(8)
Había mucha gente en el puerto además de las autoridades y los niños de las escuelas, y por
todas partes {se veían} los huacales de gallos bien cebados que le llevaban de regalo al
obispo, porque la sopa de crestas era su plato predilecto. [CSA-CRONICA]
Impersonal léxica
(9) Estaba de costado, agarrada a
las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y {había} en la penumbra el
olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
(10) Victoria Guzmán, la cocinera,
estaba segura de que {no había llovido} aquel día, ni en todo el mes de febrero.
(11) «{Estaba haciendo} un tiempo
de Navidad», ha dicho mi hermana Margot.
(12) «Me di cuenta de pronto de que
{no podía haber} un partido mejor que él», me dijo.
(13) Don Lázaro Aponte, coronel de
academia en uso de buen retiro y alcalde municipal desde {hacía} once años, le hizo un
saludo con los dedos.
(14) Era extraño que no lo supiera,
pero lo era mucho más que tampoco lo supiera mi madre, pues se enteraba de todo antes que
nadie en la casa, a pesar de que {hacía} años que no salía a la calle, ni siquiera para ir a
misa.
Impersonal perifrástica
(15) -{Hay que estar} siempre de
parte del muerto -dijo ella.
Impersonal 3.ª plural
(16) El día en que {lo iban a
matar}, Santiago Nasar se levantó a las cinco y media de la mañana para esperar el buque en
que llegaba el obispo.
(17) Tenía una reputación muy bien
ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas,
pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros
sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su
muerte.
(18) Yo estaba reponiéndome de la
parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si
desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que {las habían
soltado} en honor del obispo.
Genérico uno
(19) Fue lo mismo de siempre, que
uno {empieza a contarle} algo, y antes de que el cuento llegue a la mitad ya ella sabe cómo
termina.»
(20) «Cuando uno {sacrifica} una
res no se atreve a {mirarle} los ojos.»
Media pronominal
Personal
(21) El día en que lo iban a matar,
Santiago Nasar {se levantó} a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el
obispo. [CSA-CRONICA]
(22)
Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un
instante fue feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de
cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
(23) Yo
{estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
pensé que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
(24)
Estaba de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de
{incorporarse}, y había en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la
mañana del crimen. [CSA-CRONICA]
(25)
Allí lo encontró el coronel Aponte, encañonado por la guardia en el excusado sin puertas, y
{desaguándose} con tanta fluidez que no era absurdo pensar en el veneno.
[CSA-CRONICA]
Genérico uno
(26) Y era una lástima, porque
estaba como para embadurnarlo de mantequilla y {comérselo} vivo.» [CSA-CRONICA]
(27) «Cuando uno sacrifica una res
{no se atreve} a mirarle los ojos.» [CSA-CRONICA]
Impersonal todos/1.ª plural
(28) La noche en que llegó dio a
entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia de construir un
ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
[CSA-CRONICA]
Impersonal 3.ª plural
(29) Al final, por diligencias de
Bayardo San Román, tumbaron las cercas del patio, pidieron prestadas para bailar las casas
contiguas, y pusieron mesones de carpinteros para {sentarse} a comer bajo la fronda de los
tamarindos. [CSA-CRONICA]
(30) Durante años se siguió
hablando en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor
de los recién casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y
que el doctor Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que {se lo
llevaran} en el buque oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el
obispo. [CSA-CRONICA]
Media recíproca:
Personal
(31) Nunca se estableció muy bien
cómo {se conocieron}.
(32) En cambio, todas las versiones
coincidían en que Ángela Vicario y Bayardo San Román {se habían visto} por primera vez en
las fiestas patrias de octubre, durante una verbena de caridad en la que ella estuvo
encargada de cantar las rifas.
(33) El buque se fue con las luces
encendidas y dejando un reguero de valses de pianola, y por un instante quedamos a la deriva
sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a reconocernos} unos a otros y nos
hundimos en el manglar de la parranda.
Media reflexiva
Personal
(34) Santiago Nasar {se puso} un
pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón, iguales a las que {se había
puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
[CSA-CRONICA]
(35)
Pero él le explicó que {se había vestido} de pontifical por si tenía ocasión de besarle el
anillo al obispo. [CSA-CRONICA]
(36)
Divina Flor, que era hija de un marido más reciente, {se sabía} destinada a la cama furtiva
de Santiago Nasar, y esa idea le causaba una ansiedad prematura. [CSA-CRONICA]
(37)
-{Me cambio} de ropa y te alcanzo -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj
en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
(38)
Nadie {se preguntó} siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció
imposible que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
(39)
-Espérate y {me visto} -le dijo él. [CSA-CRONICA]
(40)
Pero el viudo {se defendió} hasta el final de la partida. [CSA-CRONICA]
(41)
Santiago Nasar {se propuso} comprobarlo hasta el último céntimo, y la vida le alcanzó
justo. [CSA-CRONICA]
Pasiva
Personal
(42) Había soñado que atravesaba un
bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el
sueño, pero al despertar se sintió por completo {salpicado} de cagada de pájaros.
[CSA-CRONICA]
(43)
Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que
{fue destazado} como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de
buen humor, y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso.
[CSA-CRONICA]
(44)
{Había sido seducida} por Ibrahim Nasar en la plenitud de la adolescencia. [CSA-CRONICA]
(45)
El mensaje estaba en el suelo cuando Santiago Nasar salió de su casa, pero él no lo vio, ni
lo vio Divina Flor ni lo vio nadie hasta mucho después de que el crimen {fue consumado}.
[CSA-CRONICA]