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Los valores del atributo Caso del 1.º clítico funcional son: acusativo, acusativo leísta, dativo, predicativo.
Acusativo
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (2) Había
                dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
                estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (3) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
                y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (4) Yo
                estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
                que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (5) Siempre
                dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes
                de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la mesa de
                noche. [CSA-CRONICA]
            (6) «Nunca
                {la dejaba} cargada», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
            (7) Yo {lo
                sabía}, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
                de la casa. [CSA-CRONICA]
            (8) {La
                había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
                {había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
            (9) {Lo
                vio} desde la misma hamaca y en la misma posición en que {la encontré} postrada por las últimas
                luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas
                astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (10) Estaba
                de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
                en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
    
Acusativo leísta
(11) Nunca {se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que
            trajeron sus halcones amaestrados fue para hacer una demostración de altanería en un bazar de
            caridad. [CSA-CRONICA]
            (12) «{Les
                obedecí} a ciegas -me dijo- porque me habían hecho creer que eran expertas en chanchullos de
                hombres.» [CSA-CRONICA]
            (13) Los
                mayores siguieron hablando el árabe rural que trajeron de su tierra, y lo conservaron intacto en
                familia hasta la segunda generación, pero los de la tercera, con la excepción de Santiago Nasar,
                {les oían} a sus padres en árabe y les contestaban en castellano. [CSA-CRONICA]
            (14) «El
                pobre Bayardo», como {se le recordó} durante años. [CSA-CRONICA]
    
Dativo
(15) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
            madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (16) Tenía
                una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
                contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
                precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (17) Había
                dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
                estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos naturales de la parranda de bodas
                que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (18) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
                a todos {les comentó} de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (19)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (20)
                Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada,
                pero antes de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y la puso en la gaveta de la
                mesa de noche. [CSA-CRONICA]
            (21) «Nunca
                la dejaba cargada», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
            (22) Santiago Nasar {le contó} entonces
                el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles. [CSA-CRONICA]
            (23) Estuvo
                un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que {se le pasó} la
                ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
            (24) «{Le
                recordé} que era lunes», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
    
Predicativo
(25) Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana
            radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que {lo
            fuera} en un buen febrero de aquella época. [CSA-CRONICA]
            (26) Era el
                hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, pero él
                parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y {siguió
                pareciéndolo} con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
            (27) Nadie
                se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible
                que {no lo estuviera}. [CSA-CRONICA]
            (28) Era
                extraño que no lo supiera, pero {lo era} mucho más que tampoco lo supiera mi madre, pues se
                enteraba de todo antes que nadie en la casa, a pesar de que hacía años que no salía a la calle,
                ni siquiera para ir a misa. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Caso del 2.º clítico funcional son: acusativo, dativo.
Acusativo
        (1) Tenía una reputación muy bien ganada de
            intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había
            advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles
            que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
        (2) {Se lo
            había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y les
            reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. [CSA-CRONICA]
        (3) A alguien
            que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le contestó:
        [CSA-CRONICA]
        (4) Mi madre
            {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: [CSA-CRONICA]
        (5) De modo
            que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su
            dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera
            regresar. [CSA-CRONICA]
        (6) -{Se la
            compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
        (7) Pero {no
            me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
        (8) Esa
            precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo que
            el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel día {me
            lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
        (9) Santiago
            Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese momento unos
            nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
        (10) Muchos
            sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo,
            cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó} cuando nos
            casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
    
Dativo
        (11) No, {no me le estropeen} la cabeza, carajo, que es un
            profesor y es en la cabeza donde estos huevones tienen todo, todito lo que piensan. [CREA]
    
Los valores del atributo Esquema argumental -en los que S se corresponde con SUJETO, CD con COMPLEMENTO DIRECTO, CI con COMPLEMENTO INDIRECTO, CP con COMPLEMENTO PREPOSICIONAL y CPR con COMPLEMENTO PREDICATIVO- son los siguientes:
S
(1) El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar {se levantó} a
            las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
            (2) Había
                soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante
                fue feliz en el sueño, pero al {despertar} se sintió por completo salpicado de cagada de
                pájaros. [CSA-CRONICA]
            (3) «La
                semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
                {tropezar} por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
            (4) {Había
                dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
                de estribo de cobre en el paladar, y los interpretó como estragos naturales de la parranda de
                bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (5) Muchos
                coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba} a
                través de los platanales, como era de {pensar} que lo fuera en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
    
S-CD
(6) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (7) {Había
                soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un
                instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de
                pájaros. [CSA-CRONICA]
            (8) «Siempre
                soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después los
                pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (9) «La
                semana anterior {había soñado} que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin
                tropezar por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
            (10) {Tenía}
                una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
                contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que
                {precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CI
(11) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
            madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (12) «La
                semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar
                por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (13) Tenía
                una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
                contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
                precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (14)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (15)
                Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CI-CP
(16) Magdalena Oliver había venido con él en el buque y {no pudo
            quitarle} la vista de encima durante el viaje. [CSA-CRONICA]
            (17) Sin
                embargo, después de ese veredicto consagratorio me escribió dos cartas más en las que nada {me
                decía} sobre Bayardo San Román, ni siquiera cuando fue demasiado sabido que quería casarse con
                Ángela Vicario. [CSA-CRONICA]
            (18) Al
                contrario: sentía como si por fin {me hubiera quitado} de encima la conduerma de la muerte, y lo
                único que quería era que todo terminara rápido para tirarme a dormir.» [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CI-CPR
(19) «Son perfectas -{le oía} decir con frecuencia-.
            [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CP
(20) Pero la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo
            fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la
            desgracia estaba cayendo una llovizna menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque
            del sueño. [CSA-CRONICA]
            (21) De no
                haber sido por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar
                con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su padre, y
                que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
            (22) En el
                armario {tenía} además un rifle 30.06 Mannlicher-Schönauer, un rifle 300 Holland Magnum, un 22
                Hornet con mira telescópica de dos poderes, y una Winchester de repetición.
            [CSA-CRONICA]
            (23)
                Siempre dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada,
                pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la
                mesa de noche. [CSA-CRONICA]
            (24) Yo lo
                sabía, y sabía además que {guardaba} las armas en un lugar y {escondía} la munición en otro
                lugar muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de cargarlas
                dentro de la casa. [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CP-CPR
(25) Lo vio desde la misma hamaca y en la misma posición en que
            {la encontré} postrada por las últimas luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado
            tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (26) Nunca
                {se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
                hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (27) Esa
                noche, cuando volvió a su casa, Ángela Vicario {encontró} allí la ortofónica envuelta en papel
                de regalo y adornada con un lazo de organza. [CSA-CRONICA]
            (28) De
                pronto, poco antes del luto de la hermana, {la encontré} en la calle por primera vez, vestida de
                mujer y con el cabello rizado, y apenas si pude creer que fuera la misma. [CSA-CRONICA]
    
S-CD-CPR
(29) «Nunca {la dejaba} cargada», me dijo su madre.
            [CSA-CRONICA]
            (30) La
                había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
                de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
            (31)
                «{Tenía} el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
                soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
            (32) El día
                en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando {lo vio}
                vestido de blanco. [CSA-CRONICA]
            (33) A su
                madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se
                fuera a mojar en la lluvia, pues {lo había oído} estornudar mientras dormía.
            [CSA-CRONICA]
    
S-CI
(34) Estuvo un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas
            de cardamina, hasta que {se le pasó} la ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
            (35) A su
                madre, en cambio, lo único que {le interesaba} de la llegada del obispo era que el hijo no se
                fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía. [CSA-CRONICA]
            (36) La
                había amado en secreto varios años en los establos de la hacienda, y la llevó a servir en su
                casa cuando {se le acabó} el afecto. [CSA-CRONICA]
            (37)
                Divina Flor {se le adelantó} para abrirle la puerta, tratando de no dejarse alcanzar por entre
                las jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
                helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
                la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
            (38) Allí
                obtuvo muchos datos que {le faltaban} para calcular los costos de la parranda. [CSA-CRONICA]
    
S-CI-CP
(39) Podía haber sido verdad, pero lo mismo hubiera contestado
            cualquier otra cosa, pues tenía una manera de hablar que más bien {le servía} para ocultar que para
            decir. [CSA-CRONICA]
            (40) -{Se
                me pareció} al diablo -me dijo-, pero tú mismo me habías dicho que esas cosas no se deben decir
                por escrito. [CSA-CRONICA]
            (41)
                Ángela Vicario me contó que la propietaria de la pensión {le había hablado} de este episodio
                desde antes de que Bayardo San Román la requiriera en amores. [CSA-CRONICA]
            (42) {Le
                insistieron} en que aun los maridos más difíciles se resignaban a cualquier cosa siempre que
                nadie lo supiera. [CSA-CRONICA]
            (43) Sin
                embargo, aun sin la bendición del obispo, la fiesta adquirió una fuerza propia tan difícil de
                amaestrar, que al mismo Bayardo San Román {se le salió} de las manos y terminó por ser un
                acontecimiento público. [CSA-CRONICA]
    
S-CI-CP-CP
(44) Las partituras que trajiste {nos sirvieron} de excusa para renunciar a
            algunas de las excursiones y a los tardíos y tumultuosos baños en el lago. [BDS]
            (45) Desde el estómago hasta la garganta le subió un vacío doloroso. [BDS]
S-CI-CPR
(46) Nadie se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba
            prevenido, porque a todos {les pareció} imposible que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
            (47) {Me
                pareció} atractivo, en efecto, pero muy lejos de la visión idílica de Magdalena Oliver.
            [CSA-CRONICA]
            (48) {Me
                pareció} más serio de lo que hacían creer sus travesuras, y de una tensión recóndita apenas
                disimulada por sus gracias excesivas. [CSA-CRONICA]
            (49) Pero
                sobre todo, {me pareció} un hombre muy triste. [CSA-CRONICA]
            (50)
                Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno lo auscultaba {se le sentían} borboritar las
                lágrimas dentro del corazón.» [CSA-CRONICA]
    
S-CP
(51) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
            {caía} una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
            completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (52)
                «Siempre {soñaba} con árboles», me dijo Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
                después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (53) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
                a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (54) Nadie
                estaba seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
            (55) Muchos
                {coincidían} en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
                través de los platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
    
S-CP-CP
(56) En la planta alta, donde antes estuvieron las oficinas de
            aduana, hizo dos dormitorios amplios y cinco camarotes para los muchos hijos que pensaba tener, y
            construyó un balcón de madera sobre los almendros de la plaza, donde Plácida Linero {se sentaba} en
            las tardes de marzo a consolarse de su soledad. [CSA-CRONICA]
            (57) Sin
                embargo, fue por allí, y no por la puerta posterior, por donde esperaban a Santiago Nasar los
                hombres que lo iban a matar, y fue por allí por donde él {salió} a recibir al obispo, a pesar de
                que debía darle una vuelta completa a la casa para llegar al puerto. [CSA-CRONICA]
            (58)
                {Había contribuido} con varias cargas de leña a las solicitudes públicas del padre Carmen
                Amador, y además había escogido él mismo los gallos de crestas más apetitosas. [CSA-CRONICA]
            (59) Mi
                hermana Margot, que {estaba} con él en el muelle, lo encontró de muy buen humor y con ánimos de
                seguir la fiesta, a pesar de que las aspirinas no le habían causado ningún alivio.
            [CSA-CRONICA]
            (60) Con
                la misma propiedad {había hablado} de enfermedades fronterizas con un médico militar que pasó
                por aquellos meses haciendo la leva. [CSA-CRONICA]
    
S-CP-CPR
(61) «La semana anterior había soñado que {iba} solo en un avión
            de papel de estaño que volaba sin tropezar por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
            (62) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
                de la vejez, cuando {volví} a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (63) En la
                baranda superior, junto al camarote del capitán, {iba} el obispo de sotana blanca con su séquito
                de españoles. [CSA-CRONICA]
            (64)
                {Había estado} de parranda con Santiago Nasar y conmigo hasta un poco antes de las cuatro, pero
                no había ido a dormir donde sus padres, sino que {se quedó} conversando en casa de sus
                abuelos. [CSA-CRONICA]
            (65) Mi
                hermana {volvió} a casa mordiéndose por dentro para no llorar. [CSA-CRONICA]
    
S-CPR
(66) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
            caía una llovizna tierna, y por un instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió}
            por completo salpicado de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (67) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor, y
                a todos les comentó de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (68) Nadie
                {estaba} seguro de si se refería al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
            (69) Muchos
                coincidían en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
                través de los platanales, como {era} de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (70) Pero
                la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
                denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
                menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
    
Este atributo es de aplicación siempre que el PREDICADO esté constituido por una forma verbal de participio o por una forma verbal en voz pasiva con participio. Sus valores son: femenino, masculino y neutro.
Femenino
(1) Tenía una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera
            de los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
            las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (2) Pero la
                mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso
                olor de aguas {dormidas}, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
                menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
            (3) En el
                monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, podían partir un
                caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
            (4) Siempre
                dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada, pero
                antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la mesa
                de noche. [CSA-CRONICA]
            (5) «Nunca
                la dejaba {cargada}», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
            (6) Era una
                costumbre sabia {impuesta} por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
                almohada para quitarle la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala
                desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra
                por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el
                altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
            (7) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré {postrada} por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (8) Estaba
                de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
                en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
            (9) La
                madre, Alberta Simonds, una mulata grande de Curazao que hablaba el castellano todavía
                atravesado de papiamento, {había sido proclamada} en su juventud como la más bella entre las 200
                más bellas de las Antillas. [CSA-CRONICA]
            (10) Ellas
                {habían sido educadas} para casarse. [CSA-CRONICA]
    
Masculino
(11) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
            caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
            completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (12) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo {olvidado} tratando de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo {roto} de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (13) «Tenía
                el vestido de lino blanco {lavado} con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
                soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
            (14) Nunca
                se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones {amaestrados} fue
                para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (15) El día
                en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio
                {vestido} de blanco. [CSA-CRONICA]
            (16)
                Victoria Guzmán le mostró el cuchillo {ensangrentado}. [CSA-CRONICA]
            (17)
                Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre {acostumbrado} a matar
                animales inermes expresara de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
            (18)
                Santiago Nasar atravesó a pasos largos la casa en penumbra, {perseguido} por los bramidos de
                júbilo del buque del obispo. [CSA-CRONICA]
            (19) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que {fue
                destazado} como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de buen humor,
                y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (20) Los
                hermanos {fueron criados} para ser hombres. [CSA-CRONICA]
    
Neutro
(21) En ese tiempo no estaba {permitido} comulgar de pie y sólo se
            oficiaba en latín, pero mi madre suele hacer esa clase de precisiones superfluas cuando quiere
            llegar al fondo de las cosas. [CSA-CRONICA]
            (22) Sin
                embargo, después de ese veredicto consagratorio me escribió dos cartas más en las que nada me
                decía sobre Bayardo San Román, ni siquiera cuando fue demasiado {sabido} que quería casarse con
                Ángela Vicario. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Género del 1.º clítico funcional son: femenino, masculino, neutro.
Femenino
(1) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
            los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado}
            en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (2) Yo
                estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
                que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (3) Siempre
                dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada, pero antes
                de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y {la puso} en la gaveta de la mesa de
                noche. [CSA-CRONICA]
            (4) «Nunca
                {la dejaba} cargada», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
            (5) Yo lo
                sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
                de la casa. [CSA-CRONICA]
            (6) Era una
                costumbre sabia impuesta por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la almohada
                para {quitarle} la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala desbarató
                el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra por el
                comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el altar
                mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
            (7) {La
                había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y lo vio aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
                de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
            (8)
                Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella no les puso atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
            (9) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que {la encontré} postrada por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (10) Apenas
                si distinguía las formas a plena luz, y tenía hojas medicinales en las sienes para el dolor de
                cabeza eterno que {le dejó} su hijo la última vez que pasó por el dormitorio.
            [CSA-CRONICA]
    
Masculino
(11) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (12)
                «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
                después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (13) «La
                semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin tropezar
                por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (14) Había
                dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
                estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (15) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
                y a todos {les comentó} de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (16)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (17) «Nunca
                la dejaba cargada», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
            (18) La
                había despertado cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
                {había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
            (19)
                Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
            (20) {Lo
                vio} desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas
                luces de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas
                astillas dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
    
Neutro
(21) Muchos coincidían en el recuerdo de que era una mañana
            radiante con una brisa de mar que llegaba a través de los platanales, como era de pensar que {lo
            fuera} en un buen febrero de aquella época. [CSA-CRONICA]
            (22) Yo {lo
                sabía}, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de cargarlas dentro de
                la casa. [CSA-CRONICA]
            (23) Era el
                hijo único de un matrimonio de conveniencia que no tuvo un solo instante de felicidad, pero él
                parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y {siguió
                pareciéndolo} con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
            (24) Pero
                en el curso de sus años admitió que ambas {lo sabían} cuando él entró en la cocina a tomar el
                café. [CSA-CRONICA]
            (25) No
                les alcanzará la vida para {contarlo}. [CSA-CRONICA]
            (26) Nadie
                se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció imposible
                que {no lo estuviera}. [CSA-CRONICA]
            (27) «De
                {haberlo sabido}, me lo hubiera llevado para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
                instructor. [CSA-CRONICA]
            (28) Era
                extraño que {no lo supiera}, pero {lo era} mucho más que tampoco {lo supiera} mi madre, pues se
                enteraba de todo antes que nadie en la casa, a pesar de que hacía años que no salía a la calle,
                ni siquiera para ir a misa. [CSA-CRONICA]
            (29) No
                fue la única que {lo pensó}, ni tampoco la última en darse cuenta de que Bayardo San Román no
                era un hombre de conocer a primera vista. [CSA-CRONICA]
            (30) De
                modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para devolvérsela
                a su dueño, y {lo hicieron} con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera
                regresar. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Género del 2.º clítico funcional son: femenino, masculino, neutro.
Femenino
(1) De modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la
            ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo
            nadie que la viera venir y no la viera regresar. [CSA-CRONICA]
            (2) -{Se
                la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
    
Masculino
(3) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
            los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
            las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (4) Pero
                {no me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
    
Neutro
(5) {Se lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a
            pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban
            esperando. [CSA-CRONICA]
            (6) A
                alguien que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le
                contestó: [CSA-CRONICA]
            (7) Mi
                madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
            [CSA-CRONICA]
            (8) Esa
                precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo
                que el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel
                día {me lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
            (9)
                Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
                momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
            (10)
                Muchos sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara
                conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó}
                cuando nos casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Impersonalidad son: personal, genérico 2.ª singular, genérico uno, impersonal 3.ª plural, impersonal léxica, impersonal perifrástica, impersonal refleja animada, impersonal refleja no animada e impersonal todos/1.ª plural.
Personal
(1) «Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
            madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (2)
                {Estuvo} un largo rato {sentada} en la hamaca, {masticando} pepas de cardamina, hasta que {se le
                pasó} la ilusión de que el hijo {había vuelto}. [CSA-CRONICA]
            (3)
                Victoria Guzmán {necesitó} casi 20 años para {entender} que un hombre {acostumbrado} a {matar}
                animales inermes {expresara} de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
Genérico uno
Los valores genéricos del infinitivo se incorporan en CSA en el tipo genérico uno.
(4) Conservó también la puerta posterior, sólo que un poco más
            alzada para {pasar} a caballo, y mantuvo en servicio una parte del antiguo muelle. [CSA-CRONICA]
            (5) Fue lo
                mismo de siempre, que uno {empieza a contarle} algo, y antes de que el cuento llegue a la mitad
                ya ella sabe cómo termina.»
            (6) «Cuando uno {sacrifica} una res {no
                se atreve} a {mirarle} los ojos.»
    
Impersonal 3.ª plural
(7) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (8) {Me
                dijeron} que lo habías invitado a desayunar. [CSA-CRONICA]
            (9) Sólo
                en la cárcel {lograron} {sanarlo}. [CSA-CRONICA]
    
Impersonal léxica
(10) Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que {no había
            llovido} aquel día, ni en todo el mes de febrero. [CSA-CRONICA]
            (11) «Me
                di cuenta de pronto de que {no podía haber} un partido mejor que él», me dijo. [CSA-CRONICA]
            (12)
                «Recuerdo con seguridad que {eran} casi las cinco y {empezaba a llover}», me dijo el coronel
                Lázaro Aponte. [CSA-CRONICA]
    
Impersonal perifrástica
(13) -{Hay que estar} siempre de parte del muerto -dijo ella.
            [CSA-CRONICA]
            (14) Pero
                era una orden del alcalde, y las órdenes de aquel bárbaro, por estúpidas que fueran, {había que
                cumplirlas}.» [CSA-CRONICA]
    
Impersonal refleja animada
(15) En ese tiempo no estaba permitido comulgar de pie y sólo {se
            oficiaba} en latín, pero mi madre suele hacer esa clase de precisiones superfluas cuando quiere
            llegar al fondo de las cosas.
            (16) «Mi madre me había enseñado que
                nunca {se debe hablar} de plata delante de la otra gente», me dijo.
            (17) Durante años {se siguió hablando}
                en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor de los recién
                casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y que el doctor
                Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que se lo llevaran en el buque
                oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el obispo.
Impersonal refleja no animada
(18) Era un alboroto tan grande, que {no podía creerse} que
            hubiera tantos gallos en el pueblo, y pensé que venían en el buque del obispo.»
            [CSA-CRONICA]
            (19) En
                las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores de
                la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
            [CSA-CRONICA]
            (20) Había
                mucha gente en el puerto además de las autoridades y los niños de las escuelas, y por todas
                partes {se veían} los huacales de gallos bien cebados que le llevaban de regalo al obispo,
                porque la sopa de crestas era su plato predilecto. [CSA-CRONICA]
    
Impersonal todos/1.ª plural
Los valores posibles del atributo Modo son: gerundio, imperativo, indicativo, infinitivo, participio, subjuntivo.
Algunos ejemplos:
Gerundio
(1) «Siempre soñaba con árboles», me dijo Plácida Linero, su
            madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (2) Yo
                estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas {tocando} a rebato, porque pensé
                que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (3) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado {tratando} de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (4) Estuvo
                un largo rato sentada en la hamaca, {masticando} pepas de cardamina, hasta que se le pasó la
                ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
            (5)
                Santiago Nasar masticó otra aspirina y se sentó a beber a sorbos lentos el tazón de café,
                {pensando} despacio, sin apartar la vista de las dos mujeres que destripaban los conejos en la
                hornilla. [CSA-CRONICA]
            (6) Divina
                Flor se le adelantó para abrirle la puerta, {tratando} de no dejarse alcanzar por entre las
                jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
                helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
                la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
            (7) Los
                hombres que lo iban a matar se habían dormido en los asientos, {apretando} en el regazo los
                cuchillos envueltos en periódicos, y Clotilde Armenta reprimió el aliento para no
                despertarlos. [CSA-CRONICA]
            (8) Las
                niñas de la escuela de monjas atravesaron la plaza en ese momento {trotando} en desorden con sus
                uniformes de huérfanas. [CSA-CRONICA]
            (9)
                Apareció en la vuelta del río, {rezongando} como un dragón, y entonces la banda de músicos
                empezó a tocar el himno del obispo, y los gallos se pusieron a cantar en los huacales y
                alborotaron a los otros gallos del pueblo. [CSA-CRONICA]
            (10) Había
                estado de parranda con Santiago Nasar y conmigo hasta un poco antes de las cuatro, pero no había
                ido a dormir donde sus padres, sino que se quedó {conversando} en casa de sus abuelos.
            [CSA-CRONICA]
            (11) Se
                despidió de ella con la misma señal de la mano con que se había despedido de su madre, y se
                alejó hacia la plaza {llevando} del brazo a Cristo Bedoya. [CSA-CRONICA]
            (12) La
                encontraba como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, {barriendo} el patio con una escoba
                de ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café me iba contando lo
                que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
            (13) Había
                terminado de barrer el patio, y cuando mi hermana Margot salía a recibir al obispo la encontró
                {moliendo} la yuca para las caribañolas. [CSA-CRONICA]
            (14) «Se
                oían gallos», suele decir mi madre {recordando} aquel día. [CSA-CRONICA]
            (15) Mi
                hermana Margot había ido hasta el puerto {caminando} por la orilla, y la gente estaba demasiado
                excitada con la visita del obispo para ocuparse de otras novedades. [CSA-CRONICA]
    
Imperativo
(16) -{Suéltala}, blanco -le ordenó en serio-.
            [CSA-CRONICA]
            (17)
                {Imagínate} que fuera un ser humano. [CSA-CRONICA]
            (18)
                «{Imagínate}: [CSA-CRONICA]
            (19)
                -{Quítalo} -dijo mi hermana. [CSA-CRONICA]
            (20)
                -{Espérate} y me visto -le dijo él. [CSA-CRONICA]
            (21)
                -{Acompáñala} tú -ordenó mi padre. [CSA-CRONICA]
            (22)
                -Cuando despierte -dijo-, {recuérdame} que me voy a casar con ella. [CSA-CRONICA]
            (23)
                {Imagínate}: [CSA-CRONICA]
            (24)
                «{Imagínate} -me dijo Ángela Vicario-: [CSA-CRONICA]
            (25)
                «{Imagínate} -me dijo-: [CSA-CRONICA]
            (26)
                {dinos} quién fue. [CSA-CRONICA]
    
Indicativo
(27) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó}
            a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
            (28) {Había
                soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
                instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de cagada
                de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (29)
                «Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
                después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (30) «La
                semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
                tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (31) {Tenía}
                una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
                contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
                {precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (32) Tampoco
                Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
            (33) {Había
                dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
                de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (34) Más
                aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
                destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
                humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (35) Nadie
                {estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
            (36) Muchos
                {coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
                a través de los platanales, como {era} de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (37) Pero
                la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
                denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia {estaba cayendo} una llovizna
                menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
            (38) Yo
                {estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si {desperté} con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
                {pensé} que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (39)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (40) {Era}
                un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
            (41) De no
                haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
                montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
                padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
            [CSA-CRONICA]
    
Infinitivo
(42) El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (43) Había
                soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante
                fue feliz en el sueño, pero al {despertar} se sintió por completo salpicado de cagada de
                pájaros. [CSA-CRONICA]
            (44) «La
                semana anterior había soñado que iba solo en un avión de papel de estaño que volaba sin
                {tropezar} por entre los almendros», me dijo. [CSA-CRONICA]
            (45) Muchos
                coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
                través de los platanales, como era de {pensar} que lo fuera en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (46) De {no
                haber sido} por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de
                {montar} con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su
                padre, y que él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
            (47)
                Siempre dormía como durmió su padre, con el arma escondida dentro de la funda de la almohada,
                pero antes de {abandonar} la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la
                mesa de noche. [CSA-CRONICA]
            (48) Yo lo
                sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
                de la casa. [CSA-CRONICA]
            (49) Era
                una costumbre sabia impuesta por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
                almohada para {quitarle} la funda, y la pistola se disparó al {chocar} contra el suelo, y la
                bala desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de
                guerra por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño
                natural en el altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
            (50) La
                había despertado cuando trataba de {encontrar} a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y lo vio {aparecer} en la puerta con el vaso de agua en la mano, como había
                de recordarlo para siempre. [CSA-CRONICA]
            (51) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré postrada por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo olvidado tratando de {recomponer} con tantas astillas
                dispersas el espejo roto de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (52) Estaba
                de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para {tratar} de {incorporarse}, y
                había en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
            (53) Nunca
                se les vio armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
                {hacer} una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (54) La
                muerte de su padre lo había forzado a {abandonar} los estudios al término de la escuela
                secundaria, para {hacerse} cargo de la hacienda familiar. [CSA-CRONICA]
            (55) Pero
                él le explicó que se había vestido de pontifical por si tenía ocasión de {besarle} el anillo al
                obispo. [CSA-CRONICA]
            (56) A su
                madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo no se
                fuera a mojar en la lluvia, pues lo había oído {estornudar} mientras dormía.
            [CSA-CRONICA]
    
Participio
(57) Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde
            caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por
            completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (58) Tenía
                una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que se los
                contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo,
                ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su
                muerte. [CSA-CRONICA]
            (59) Pero
                la mayoría estaba de acuerdo en que era un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un denso
                olor de aguas {dormidas}, y que en el instante de la desgracia estaba cayendo una llovizna
                menuda como la que había visto Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
            (60) En el
                monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, podían partir un
                caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
            (61)
                Siempre dormía como durmió su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la almohada,
                pero antes de abandonar la casa aquel día le sacó los proyectiles y la puso en la gaveta de la
                mesa de noche. [CSA-CRONICA]
            (62) «Nunca
                la dejaba {cargada}», me dijo su madre. [CSA-CRONICA]
            (63) Era
                una costumbre sabia {impuesta} por su padre desde una mañana en que una sirvienta sacudió la
                almohada para quitarle la funda, y la pistola se disparó al chocar contra el suelo, y la bala
                desbarató el armario del cuarto, atravesó la pared de la sala, pasó con un estruendo de guerra
                por el comedor de la casa vecina y convirtió en polvo de yeso a un santo de tamaño natural en el
                altar mayor de la iglesia, al otro extremo de la plaza. [CSA-CRONICA]
            (64) Lo vio
                desde la misma hamaca y en la misma posición en que la encontré {postrada} por las últimas luces
                de la vejez, cuando volví a este pueblo {olvidado} tratando de recomponer con tantas astillas
                dispersas el espejo {roto} de la memoria. [CSA-CRONICA]
            (65) Estaba
                de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
                en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
            (66) «Tenía
                el vestido de lino blanco {lavado} con agua sola, porque era de piel tan delicada que no
                soportaba el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
            (67) Estuvo
                un largo rato {sentada} en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que se le pasó la
                ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
            (68)
                Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que no se sintiera
                {excluida}. [CSA-CRONICA]
            (69) Nunca
                se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones {amaestrados} fue
                para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (70) El día
                en que lo iban a matar, su madre creyó que él se había equivocado de fecha cuando lo vio
                {vestido} de blanco. [CSA-CRONICA]
            (71) Estaba
                descuartizando tres conejos para el almuerzo, {rodeada} de perros acezantes, cuando Santiago
                Nasar entró en la cocina. [CSA-CRONICA]
    
Subjuntivo
(72) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
            los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
            las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (73) Muchos
                coincidían en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
                través de los platanales, como era de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (74) Yo lo
                sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie {cediera} ni por casualidad a la tentación de cargarlas dentro
                de la casa. [CSA-CRONICA]
            (75)
                Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que {no se sintiera}
                excluida. [CSA-CRONICA]
            (76) A su
                madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo {no se
                fuera a mojar} en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía.
            [CSA-CRONICA]
            (77) Le
                aconsejó que {llevara} un paraguas, pero él le hizo un signo de adiós con la mano y salió del
                cuarto. [CSA-CRONICA]
            (78) De esa
                agua no beberás mientras yo {esté} viva. [CSA-CRONICA]
            (79) -{No
                seas} bárbara -le dijo él-. [CSA-CRONICA]
            (80)
                Imagínate que {fuera} un ser humano. [CSA-CRONICA]
            (81)
                Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre acostumbrado a matar animales
                inermes {expresara} de pronto semejante horror. [CSA-CRONICA]
            (82) No
                obstante, Divina Flor me confesó en una visita posterior, cuando ya su madre había muerto, que
                ésta no le había dicho nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que {lo
                mataran}. [CSA-CRONICA]
            (83) Era
                un alboroto tan grande, que no podía creerse que {hubiera} tantos gallos en el pueblo, y pensé
                que venían en el buque del obispo.» [CSA-CRONICA]
            (84) Lo
                único que ella pudo hacer por el hombre que nunca había de ser suyo, fue dejar la puerta sin
                tranca, contra las órdenes de Plácida Linero, para que él {pudiera entrar} otra vez en caso de
                urgencia. [CSA-CRONICA]
            (85) En
                las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores de
                la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
            [CSA-CRONICA]
            (86) {Déjenlo} para después, aunque
                {sea} por respeto al señor obispo. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Número son: plural, singular. En CSA los infinitivos y gerundios en voz media pronominal incluyen también el atributo número, dato que se toma del clítico correspondiente.
Plural
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar se levantó a
            las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (2) Tenía
                una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
                contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que
                {precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (3) Más
                aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que fue
                destazado como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen humor,
                y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (4) Muchos
                {coincidían} en el recuerdo de que era una mañana radiante con una brisa de mar que llegaba a
                través de los platanales, como era de pensar que lo fuera en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (5) En el
                monte llevaba al cinto una 357 Magnum, cuyas balas {blindadas}, según él decía, {podían partir}
                un caballo por la cintura. [CSA-CRONICA]
            (6) -Todos
                los sueños con pájaros {son} de buena salud -dijo. [CSA-CRONICA]
            (7) Nunca
                se les vio {armados} en el pueblo, y la única vez que {trajeron} sus halcones {amaestrados} fue
                para hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (8) En ésas
                {estaban} cuando el pueblo entero despertó con el bramido estremecedor del buque de vapor en que
                llegaba el obispo. [CSA-CRONICA]
            (9) En la
                planta alta, donde antes {estuvieron} las oficinas de aduana, hizo dos dormitorios amplios y
                cinco camarotes para los muchos hijos que pensaba tener, y construyó un balcón de madera sobre
                los almendros de la plaza, donde Plácida Linero se sentaba en las tardes de marzo a consolarse
                de su soledad. [CSA-CRONICA]
            (10) Sin
                embargo, fue por allí, y no por la puerta posterior, por donde {esperaban} a Santiago Nasar los
                hombres que {lo iban a matar}, y fue por allí por donde él salió a recibir al obispo, a pesar de
                que debía darle una vuelta completa a la casa para llegar al puerto. [CSA-CRONICA]
            (11)
                «Entonces se acabó el pito del buque y {empezaron a cantar} los gallos -me dijo-.
            [CSA-CRONICA]
            (12)
                Divina Flor se le adelantó para abrirle la puerta, tratando de no dejarse alcanzar por entre las
                jaulas de pájaros {dormidos} del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
                helechos {colgados} de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
                la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
            (13)
                Alguien que nunca fue identificado había metido por debajo de la puerta un papel dentro de un
                sobre, en el cual {le avisaban} a Santiago Nasar que {lo estaban esperando} para matarlo, y {le
                revelaban} además el lugar y los motivos, y otros detalles muy precisos de la confabulación.
            [CSA-CRONICA]
            (14)
                {Habían dado} las seis y aún {seguían} {encendidas} las luces públicas. [CSA-CRONICA]
            (15) El
                buque se fue con las luces {encendidas} y dejando un reguero de valses de pianola, y por un
                instante {quedamos} a la deriva sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a
                reconocernos} unos a otros y {nos hundimos} en el manglar de la parranda. [CSA-CRONICA]
            (16) La
                noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia
                de construir un ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
            [CSA-CRONICA]
            (17)
                Bayardo San Román reventó cohetes, tomó aguardiente de las botellas que le tendía la
                muchedumbre, y se bajó del coche con Ángela Vicario para {meterse} en la rueda de la
                cumbiamba. [CSA-CRONICA]
    
Singular
(18) {Había soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde
            {caía} una llovizna tierna, y por un instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió}
            por completo {salpicado} de cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (19)
                «Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
                después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (20) «La
                semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
                tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (21) Yo
                {estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si {desperté} con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
                {pensé} que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (22) {Era}
                un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
            (23) De no
                haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
                montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
                padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
            [CSA-CRONICA]
            (24)
                Siempre {dormía} como {durmió} su padre, con el arma {escondida} dentro de la funda de la
                almohada, pero antes de abandonar la casa aquel día {le sacó} los proyectiles y {la puso} en la
                gaveta de la mesa de noche. [CSA-CRONICA]
            (25) «Nunca
                {la dejaba} {cargada}», {me dijo} su madre. [CSA-CRONICA]
            (26) Yo {lo
                sabía}, y {sabía} además que {guardaba} las armas en un lugar y {escondía} la munición en otro
                lugar muy apartado, de modo que nadie {cediera} ni por casualidad a la tentación de cargarlas
                dentro de la casa. [CSA-CRONICA]
            (27)
                -{Suéltala}, blanco -{le ordenó} en serio-. [CSA-CRONICA]
            (28)
                Santiago Nasar, que entonces {era} muy niño, {no olvidó} nunca la lección de aquel percance.
            [CSA-CRONICA]
            (29) De esa
                agua {no beberás} mientras yo {esté} viva. [CSA-CRONICA]
            (30) -{No
                seas} bárbara -{le dijo} él-. [CSA-CRONICA]
            (31)
                -Cuando {despierte} -dijo-, {recuérdame} que {me voy a casar} con ella. [CSA-CRONICA]
            (32) «La
                verdad -{me dijo}- {es} que yo {no quería} ser bendecida por un hombre que sólo {cortaba} las
                crestas para la sopa y {botaba} en la basura el resto del gallo.» [CSA-CRONICA]
            (33)
                «Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien {casarme}». [CSA-CRONICA]
            (34) El
                juez instructor que vino de Riohacha debió sentirlas sin {atreverse} a admitirlas, pues su
                interés de darles una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Número del 1.º clítico funcional son: plural, singular, singular no concordado.
Plural
(1) Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo
            apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas
            tocando a rebato, porque pensé que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (2) Yo lo
                sabía, y sabía además que guardaba las armas en un lugar y escondía la munición en otro lugar
                muy apartado, de modo que nadie cediera ni por casualidad a la tentación de {cargarlas} dentro
                de la casa. [CSA-CRONICA]
            (3)
                Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
            (4) Nunca
                {se les vio} armados en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para
                hacer una demostración de altanería en un bazar de caridad. [CSA-CRONICA]
            (5) Pero no
                pudo eludir una rápida ráfaga de espanto al recordar el horror de Santiago Nasar cuando ella
                arrancó de cuajo las entrañas de un conejo y {les tiró} a los perros el tripajo humeante.
            [CSA-CRONICA]
            (6) El
                juez instructor que vino de Riohacha {debió sentirlas} sin atreverse a {admitirlas}, pues su
                interés de {darles} una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
            (7) Los
                hombres que lo iban a matar se habían dormido en los asientos, apretando en el regazo los
                cuchillos envueltos en periódicos, y Clotilde Armenta reprimió el aliento para {no
                despertarlos}. [CSA-CRONICA]
            (8) Yo,
                que {los conocía} desde la escuela primaria, hubiera escrito lo mismo. [CSA-CRONICA]
            (9) Esa
                mañana llevaban todavía los vestidos de paño oscuro de la boda, demasiado gruesos y formales
                para el Caribe, y tenían el aspecto devastado por tantas horas de mala vida, pero habían
                cumplido con el deber de {afeitarse}. [CSA-CRONICA]
            (10) {No
                les alcanzará} la vida para contarlo. [CSA-CRONICA]
            (11) Ella
                solía invitarlo a desayunar en nuestra casa cuando había caribañolas de yuca, y mi madre {las
                estaba haciendo} aquella mañana. [CSA-CRONICA]
            (12) Nadie
                se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos {les pareció} imposible
                que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
            (13)
                Parecía tener hilos de comunicación secreta con la otra gente del pueblo, sobre todo con la de
                su edad, y a veces {nos sorprendía} con noticias anticipadas que no hubiera podido conocer sino
                por artes de adivinación. [CSA-CRONICA]
            (14)
                Encontró a mi madre en el comedor, con un traje dominical de flores azules que se había puesto
                por si el obispo pasaba a {saludarnos}, y estaba cantando el fado del amor invisible mientras
                arreglaba la mesa. [CSA-CRONICA]
            (15) Mi
                madre {no les hizo} caso, por una vez en la vida, ni le prestó atención a su esposo.
            [CSA-CRONICA]
    
Singular
(16) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
            madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (17)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (18) {La
                había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
                {había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
            (19) Estaba
                de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
                en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
            (20) Apenas
                aparecí en el vano de la puerta {me confundió} con el recuerdo de Santiago Nasar.
            [CSA-CRONICA]
            (21) «Es
                como el cine», {me había dicho} alguna vez. [CSA-CRONICA]
            (22) Era
                lo que hacía siempre cuando {me encontraba} sola por los rincones de la casa, pero aquel día no
                sentí el susto de siempre sino unas ganas horribles de llorar.» [CSA-CRONICA]
            (23) -{Me
                cambio} de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj en la
                mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
            (24) «De
                {haberlo sabido}, {me lo hubiera llevado} para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
                instructor. [CSA-CRONICA]
            (25) {La
                encontraba} como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, barriendo el patio con una escoba
                de ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café {me iba contando}
                lo que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
            (26) Había
                terminado de barrer el patio, y cuando mi hermana Margot salía a recibir al obispo {la encontró}
                moliendo la yuca para las caribañolas. [CSA-CRONICA]
            (27)
                «Sentí que era yo la que {me iba a morir}», dijo mi hermana. [CSA-CRONICA]
            (28) «Pero
                por más que volteaban el cuento al derecho y al revés, nadie {podía explicarme} cómo fue que el
                pobre Santiago Nasar terminó comprometido en semejante enredo.» [CSA-CRONICA]
            (29) Lo
                único que sabían con seguridad era que los hermanos de Ángela Vicario {lo estaban esperando}
                para {matarlo}. [CSA-CRONICA]
            (30) {Me
                dijeron} que {lo habías invitado} a desayunar. [CSA-CRONICA]
    
Singular no concordado
(31) Bayardo San Román {le puso} término a tantas conjeturas con
            un recurso simple: [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Número del 2.º clítico funcional son: plural, singular.
Plural
Singular
(2) {Se lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a
            pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además los motivos y el lugar donde lo estaban
            esperando. [CSA-CRONICA]
            (3) A
                alguien que no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le
                contestó: [CSA-CRONICA]
            (4) Mi
                madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
            [CSA-CRONICA]
            (5) De
                modo que sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para
                {devolvérsela} a su dueño, y lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir
                y no la viera regresar. [CSA-CRONICA]
            (6) -{Se
                la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
            (7) Pero
                {no me lo dio}.» [CSA-CRONICA]
            (8) Esa
                precisión había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo
                que el olor de las flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel
                día {me lo repitió} al entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
            (9)
                Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
                momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
            (10)
                Muchos sabían que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara
                conmigo, cuando apenas había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó}
                cuando nos casamos catorce años después. [CSA-CRONICA]
    
Los valores posibles del atributo Persona son: 1.ª, 2.ª, 3.ª. En CSA los infinitivos y gerundios en voz media pronominal incluyen también los valores del atributo persona, dato que se toma del clítico correspondiente.
1.ª
(1) -{Me cambio} de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta
            de que había olvidado el reloj en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
            (2)
                -{Tenemos} tantos vínculos con ella como con los Vicario -dijo mi padre. [CSA-CRONICA]
            (3) «El
                hombre raro se llama Bayardo San Román, y todo el mundo dice que es encantador, pero yo {no lo
                he visto}». [CSA-CRONICA]
            (4) {Lo
                conocí} poco después que ella, cuando {vine} a las vacaciones de Navidad, y {no lo encontré} tan
                raro como decían. [CSA-CRONICA]
            (5)
                -Cuando {despierte} -dijo-, recuérdame que {me voy a casar} con ella. [CSA-CRONICA]
            (6) Yo
                {volvía a verla} año tras año, durante mis vacaciones de Navidad, y cada vez parecía más
                desvalida en la ventana de su casa, donde se sentaba por la tarde a hacer flores de trapo y a
                cantar valses de solteras con sus vecinas. [CSA-CRONICA]
            (7) De
                pronto, poco antes del luto de la hermana, {la encontré} en la calle por primera vez, vestida de
                mujer y con el cabello rizado, y apenas si {pude creer} que fuera la misma.
            [CSA-CRONICA]
            (8) Y yo
                {le contesté}, sin saber para qué era, que la más bonita del pueblo era la quinta del viudo de
                Xius.» [CSA-CRONICA]
            (9) -{Se
                la compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
            (10) -{Lo
                siento}, Bayardo -dijo el viudo-, pero ustedes los jóvenes no entienden los motivos del
                corazón. [CSA-CRONICA]
            (11)-{Digamos}
                cinco mil pesos -dijo. [CSA-CRONICA]
            (12) «Lo
                único que {le rogaba} a Dios es que me diera valor para matarme -me dijo Ángela Vicario-.
            [CSA-CRONICA]
            (13) «{Les
                obedecí} a ciegas -me dijo- porque me habían hecho creer que eran expertas en chanchullos de
                hombres.» [CSA-CRONICA]
            (14) «La
                verdad -me dijo- es que yo {no quería} ser bendecida por un hombre que sólo cortaba las crestas
                para la sopa y botaba en la basura el resto del gallo.» [CSA-CRONICA]
            (15) El
                buque se fue con las luces encendidas y dejando un reguero de valses de pianola, y por un
                instante {quedamos} a la deriva sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a
                reconocernos} unos a otros y {nos hundimos} en el manglar de la parranda. [CSA-CRONICA]
            (16)
                «Andaba de pueblo en pueblo buscando con quien {casarme}». [CSA-CRONICA]
            (17) La
                noche en que llegó dio a entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia
                de construir un ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
            [CSA-CRONICA]
            (18) Al
                contrario: sentía como si por fin me hubiera quitado de encima la conduerma de la muerte, y lo
                único que quería era que todo terminara rápido para {tirarme} a dormir.» [CSA-CRONICA]
    
2.ª
(19)-Ya {estás} en tiempo de desbravar -le dijo. [CSA-CRONICA]
            (20)
                -{Suéltala}, blanco -le ordenó en serio-. [CSA-CRONICA]
            (21) De esa
                agua {no beberás} mientras yo esté viva. [CSA-CRONICA]
            (22) -{No
                seas} bárbara -le dijo él-. [CSA-CRONICA]
            (23)
                {Imagínate} que fuera un ser humano. [CSA-CRONICA]
            (24)
                «{Imagínate}: [CSA-CRONICA]
            (25) Me
                dijeron que {lo habías invitado} a desayunar. [CSA-CRONICA]
            (26)
                -Cuando despierte -dijo-, {recuérdame} que me voy a casar con ella. [CSA-CRONICA]
            (27)
                -{Espérate} y me visto -le dijo él. [CSA-CRONICA]
            (28)
                -{Acompáñala} tú -ordenó mi padre. [CSA-CRONICA]
            (29)
                «{Imagínate} -me dijo Ángela Vicario-: [CSA-CRONICA]
            (30)
                {dinos} quién fue. [CSA-CRONICA]
    
3.ª
(31) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó}
            a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
            (32) {Había
                soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
                instante {fue} feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de cagada
                de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (33)
                «Siempre {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, evocando veintisiete años
                después los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (34) «La
                semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
                tropezar por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (35) {Tenía}
                una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
                contaran} en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
                {precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (36) Tampoco
                Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
            (37) {Había
                dormido} poco y mal, sin quitarse la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
                de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (38) Más
                aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
                destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
                humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (39) Nadie
                {estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
            (40) Muchos
                {coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
                a través de los platanales, como {era} de pensar que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
            (41) Pero
                la mayoría {estaba} de acuerdo en que {era} un tiempo fúnebre, con un cielo turbio y bajo y un
                denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia {estaba cayendo} una llovizna
                menuda como la que {había visto} Santiago Nasar en el bosque del sueño. [CSA-CRONICA]
            (42) Yo
                estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé
                que {las habían soltado} en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
            (43)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (44) {Era}
                un atuendo de ocasión. [CSA-CRONICA]
            (45) De no
                haber sido por la llegada del obispo {se habría puesto} el vestido de caqui y las botas de
                montar con que {se iba} los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que {heredó} de su
                padre, y que él {administraba} con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna.
            [CSA-CRONICA]
            (46) La
                muerte de su padre lo había forzado a abandonar los estudios al término de la escuela
                secundaria, para {hacerse} cargo de la hacienda familiar. [CSA-CRONICA]
            (47) El
                juez instructor que vino de Riohacha debió sentirlas sin {atreverse} a admitirlas, pues su
                interés de darles una explicación racional era evidente en el sumario. [CSA-CRONICA]
            (48) Tan
                aturdida estaba que había resuelto contarle la verdad a su madre para {librarse} de aquel
                martirio, cuando sus dos únicas confidentes, que la ayudaban a hacer flores de trapo junto a la
                ventana, la disuadieron de su buena intención. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Persona del 1.º clítico funcional son: 1.ª, 2.ª, 3.ª.
1.ª
(1) «Siempre soñaba con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su
            madre, evocando veintisiete años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            [CSA-CRONICA]
            (2) Estaba
                de costado, agarrada a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y había
                en la penumbra el olor de bautisterio que {me había sorprendido} la mañana del crimen.
            [CSA-CRONICA]
            (3) Apenas
                aparecí en el vano de la puerta {me confundió} con el recuerdo de Santiago Nasar.
            [CSA-CRONICA]
            (4) «Es
                como el cine», {me había dicho} alguna vez. [CSA-CRONICA]
            (5) Era lo
                que hacía siempre cuando {me encontraba} sola por los rincones de la casa, pero aquel día no
                sentí el susto de siempre sino unas ganas horribles de llorar.» [CSA-CRONICA]
            (6) -{Me
                cambio} de ropa y te alcanzo -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj en la
                mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
            (7) «De
                haberlo sabido, {me lo hubiera llevado} para la casa aunque fuera amarrado», declaró al
                instructor. [CSA-CRONICA]
            (8) La
                encontraba como era en aquellos tiempos, lívida y sigilosa, barriendo el patio con una escoba de
                ramas en el resplandor ceniciento del amanecer, y entre cada sorbo de café {me iba contando} lo
                que había ocurrido en el mundo mientras nosotros dormíamos. [CSA-CRONICA]
            (9)
                Parecía tener hilos de comunicación secreta con la otra gente del pueblo, sobre todo con la de
                su edad, y a veces {nos sorprendía} con noticias anticipadas que no hubiera podido conocer sino
                por artes de adivinación. [CSA-CRONICA]
            (10)
                Encontró a mi madre en el comedor, con un traje dominical de flores azules que se había puesto
                por si el obispo pasaba a {saludarnos}, y estaba cantando el fado del amor invisible mientras
                arreglaba la mesa. [CSA-CRONICA]
            (11)
                -Espérate y {me visto} -le dijo él. [CSA-CRONICA]
            (12) Mi
                madre {me lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo:
            [CSA-CRONICA]
            (13) -{Se
                me pareció} al diablo -{me dijo}-, pero tú mismo {me habías dicho} que esas cosas no se deben
                decir por escrito. [CSA-CRONICA]
            (14)
                {Espéreme} aquí cinco minutos. [CSA-CRONICA]
            (15) «Lo
                único que le rogaba a Dios es que {me diera} valor para {matarme} -{me dijo} Ángela
                Vicario-. [CSA-CRONICA]
    
2.ª
(16) -Me cambio de ropa y {te alcanzo} -dijo, y cayó en la cuenta
            de que había olvidado el reloj en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
    
3.ª
(17) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
            los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado}
            en las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (18) Había
                dormido poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y despertó con dolor de cabeza y con un sedimento de
                estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que se había prolongado hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (19)
                Santiago Nasar {se puso} un pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón,
                iguales a las que {se había puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
            (20) {La
                había despertado} cuando trataba de encontrar a tientas una aspirina en el botiquín del baño, y
                ella encendió la luz y {lo vio} aparecer en la puerta con el vaso de agua en la mano, como
                {había de recordarlo} para siempre. [CSA-CRONICA]
            (21)
                Santiago Nasar {le contó} entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
            (22) Estuvo
                un largo rato sentada en la hamaca, masticando pepas de cardamina, hasta que {se le pasó} la
                ilusión de que el hijo había vuelto. [CSA-CRONICA]
            (23) Yo {lo
                vi} en su memoria. [CSA-CRONICA]
            (24) Pero
                él {le explicó} que {se había vestido} de pontifical por si tenía ocasión de {besarle} el anillo
                al obispo. [CSA-CRONICA]
            (25) {La
                había amado} en secreto varios años en los establos de la hacienda, y {la llevó} a servir en su
                casa cuando {se le acabó} el afecto. [CSA-CRONICA]
            (26) {Se
                lo había dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y
                {les reveló} además los motivos y el lugar donde {lo estaban esperando}. [CSA-CRONICA]
            (27) No
                obstante, Divina Flor me confesó en una visita posterior, cuando ya su madre había muerto, que
                ésta {no le había dicho} nada a Santiago Nasar porque en el fondo de su alma quería que {lo
                mataran}. [CSA-CRONICA]
            (28)
                Divina Flor {se le adelantó} para abrirle la puerta, tratando de {no dejarse} alcanzar por entre
                las jaulas de pájaros dormidos del comedor, por entre los muebles de mimbre y las macetas de
                helechos colgados de la sala, pero cuando quitó la tranca de la puerta no pudo evitar otra vez
                la mano de gavilán carnicero. [CSA-CRONICA]
            (29)
                Estaba más sano que nosotros, pero cuando uno {lo auscultaba} {se le sentían} borboritar las
                lágrimas dentro del corazón.» [CSA-CRONICA]
            (30) {No
                se le había conocido} ningún novio anterior y había crecido junto con sus hermanas bajo el rigor
                de una madre de hierro. [CSA-CRONICA]
            (31)
                Santiago Nasar calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese
                momento unos nueve mil pesos. [CSA-CRONICA]
    
Los valores del atributo Persona del 2.º clítico funcional son: 1.ª, 2.ª, 3.ª.
Ejemplos:
(1)
    Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
    contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los
    otros sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su muerte.
    [CSA-CRONICA]
    (2) {Se lo había
        dicho} una mujer que pasó después de las cinco a pedir un poco de leche por caridad, y les reveló además
        los motivos y el lugar donde lo estaban esperando. [CSA-CRONICA]
    (3) A alguien que
        no resistió la tentación de {preguntárselo}, un poco antes de la boda, le contestó:
    [CSA-CRONICA]
    (4) Mi madre {me
        lo contó} en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: [CSA-CRONICA]
    (5) De modo que
        sus hermanos mayores, Pedro y Pablo, llevaron la ortofónica al hotel para {devolvérsela} a su dueño, y
        lo hicieron con tanto revuelo que no hubo nadie que la viera venir y no la viera regresar.
    [CSA-CRONICA]
    (6) -{Se la
        compro} con todo lo que tiene dentro. [CSA-CRONICA]
    (7) Pero {no me lo
        dio}.» [CSA-CRONICA]
    (8) Esa precisión
        había de perseguirme durante muchos años, pues Santiago Nasar me había dicho a menudo que el olor de las
        flores encerradas tenía para él una relación inmediata con la muerte, y aquel día {me lo repitió} al
        entrar en el templo. [CSA-CRONICA]
    (9) Santiago Nasar
        calculaba, y {se lo dijo} a Bayardo San Román, que la boda iba costando hasta ese momento unos nueve mil
        pesos. [CSA-CRONICA]
    (10) Muchos sabían
        que en la inconsciencia de la parranda le propuse a Mercedes Barcha que se casara conmigo, cuando apenas
        había terminado la escuela primaria, tal como ella misma {me lo recordó} cuando nos casamos catorce años
        después. [CSA-CRONICA]
Los valores del atributo Polaridad son: afirmativa, negativa, negativa subsidiaria.
Afirmativa
(1) El día en que {lo iban a matar}, Santiago Nasar {se levantó} a
            las 5.30 de la mañana para {esperar} el buque en que {llegaba} el obispo. [CSA-CRONICA]
            (2) {Había
                soñado} que {atravesaba} un bosque de higuerones donde {caía} una llovizna tierna, y por un
                instante {fue} feliz en el sueño, pero al {despertar} {se sintió} por completo {salpicado} de
                cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
            (3) «Siempre
                {soñaba} con árboles», {me dijo} Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después
                los pormenores de aquel lunes ingrato. [CSA-CRONICA]
            (4) «La
                semana anterior {había soñado} que {iba} solo en un avión de papel de estaño que {volaba} sin
                {tropezar} por entre los almendros», {me dijo}. [CSA-CRONICA]
            (5) {Tenía}
                una reputación muy bien {ganada} de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los
                contaran} en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su
                hijo, ni en los otros sueños con árboles que él {le había contado} en las mañanas que
                {precedieron} a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (6) Tampoco
                Santiago Nasar {reconoció} el presagio. [CSA-CRONICA]
            (7) {Había
                dormido} poco y mal, sin {quitarse} la ropa, y {despertó} con dolor de cabeza y con un sedimento
                de estribo de cobre en el paladar, y {los interpretó} como estragos naturales de la parranda de
                bodas que {se había prolongado} hasta después de la media noche. [CSA-CRONICA]
            (8) Más
                aún: las muchas personas que {encontró} desde que {salió} de su casa a las 6.05 hasta que {fue
                destazado} como un cerdo una hora después, {lo recordaban} un poco soñoliento pero de buen
                humor, y a todos {les comentó} de un modo casual que {era} un día muy hermoso. [CSA-CRONICA]
            (9) Nadie
                {estaba} seguro de si {se refería} al estado del tiempo. [CSA-CRONICA]
            (10) Muchos
                {coincidían} en el recuerdo de que {era} una mañana radiante con una brisa de mar que {llegaba}
                a través de los platanales, como {era} de {pensar} que {lo fuera} en un buen febrero de aquella
                época. [CSA-CRONICA]
    
Negativa
(11) Tenía una reputación muy bien ganada de intérprete certera de
            los sueños ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero {no había advertido} ningún augurio
            aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros sueños con árboles que él le había contado en
            las mañanas que precedieron a su muerte. [CSA-CRONICA]
            (12) De {no
                haber sido} por la llegada del obispo se habría puesto el vestido de caqui y las botas de montar
                con que se iba los lunes a El Divino Rostro, la hacienda de ganado que heredó de su padre, y que
                él administraba con muy buen juicio aunque sin mucha fortuna. [CSA-CRONICA]
            (13)
                Santiago Nasar, que entonces era muy niño, {no olvidó} nunca la lección de aquel percance.
            [CSA-CRONICA]
            (14)
                Santiago Nasar le contó entonces el sueño, pero ella {no les puso} atención a los árboles.
            [CSA-CRONICA]
            (15) «Tenía
                el vestido de lino blanco lavado con agua sola, porque era de piel tan delicada que {no
                soportaba} el ruido del almidón.» [CSA-CRONICA]
            (16) Era el
                hijo único de un matrimonio de conveniencia que {no tuvo} un solo instante de felicidad, pero él
                parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años antes, y siguió
                pareciéndolo con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. [CSA-CRONICA]
            (17)
                Hablaban en árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que {no se sintiera}
                excluida. [CSA-CRONICA]
            (18) Ella
                {no dio} ninguna muestra de interés. [CSA-CRONICA]
            (19) A su
                madre, en cambio, lo único que le interesaba de la llegada del obispo era que el hijo {no se
                fuera a mojar} en la lluvia, pues lo había oído estornudar mientras dormía.
            [CSA-CRONICA]
            (20)
                Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que {no había llovido} aquel día, ni en todo el
                mes de febrero. [CSA-CRONICA]
    
Negativa subsidiaria
        
(21) El tráfico de esclavos {podría no haber existido} si los europeos no hubieran mantenido con amplitud que los negros pertenecían a una raza inferior, quizá incluso infrahumana. [CREA]
Los valores posibles del atributo Tiempo, siguiendo la terminología académica, son: condicional compuesto -habría amado-, condicional simple -amaría-, futuro compuesto -habré amado/hubiere amado-, futuro simple -amaré/amare-, presente -amo/ame-, pretérito anterior -hube amado-, pretérito imperfecto -amaba/amara/amase-, pretérito perfecto compuesto -he amado/haya amando-, pretérito perfecto simple -amé-, pretérito pluscuamperfecto -había amado/hubiera amado/hubiese amado-.
Valores posibles del atributo Voz: activa, media pronominal, media recíproca, media reflexiva, pasiva. En este apartado nos limitamos a introducir descripciones aproximadas de cada uno de estos valores, con algunos ejemplos, pero su ejemplificación exahustiva está recogida en el apartado del atributo Impersonalidad, de cuya determinación la de la voz es indesligable.
Activa: el núcleo léxico de la frase verbal puede solo incrementarse con clíticos funcionales divergentes con respecto al sujeto o a la persona gramatical del verbo en las activas de alguna manera impersonales.
Personal
                (1) «Siempre {soñaba} con árboles»,
                    {me dijo} Plácida Linero, su madre, {evocando} veintisiete años después los pormenores de
                    aquel lunes ingrato.
                (2) -{Se la compro} con todo lo que
                    {tiene} dentro.
Impersonal refleja animada
                (3) En ese tiempo no estaba
                    permitido comulgar de pie y sólo {se oficiaba} en latín, pero mi madre suele hacer esa clase
                    de precisiones superfluas cuando quiere llegar al fondo de las cosas.
                (4) «Mi madre me había enseñado que
                    nunca {se debe hablar} de plata delante de la otra gente», me dijo.
                (5) Durante años {se siguió
                    hablando} en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor
                    de los recién casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y
                    que el doctor Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que se lo
                    llevaran en el buque oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el
                    obispo.
Impersonal refleja no animada
                (6) Era un alboroto tan grande, que
                    {no podía creerse} que hubiera tantos gallos en el pueblo, y pensé que venían en el buque
                    del obispo.» [CSA-CRONICA]
                (7) En
                    las ramas de los almendros, y en algunos balcones, estaban todavía las guirnaldas de colores
                    de la boda, y {hubiera podido pensarse} que acababan de colgarlas en honor del obispo.
                [CSA-CRONICA]
                (8)
                    Había mucha gente en el puerto además de las autoridades y los niños de las escuelas, y por
                    todas partes {se veían} los huacales de gallos bien cebados que le llevaban de regalo al
                    obispo, porque la sopa de crestas era su plato predilecto. [CSA-CRONICA]
            
Impersonal léxica
                (9) Estaba de costado, agarrada a
                    las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de incorporarse, y {había} en la penumbra el
                    olor de bautisterio que me había sorprendido la mañana del crimen.
                (10) Victoria Guzmán, la cocinera,
                    estaba segura de que {no había llovido} aquel día, ni en todo el mes de febrero.
                (11) «{Estaba haciendo} un tiempo
                    de Navidad», ha dicho mi hermana Margot.
                (12) «Me di cuenta de pronto de que
                    {no podía haber} un partido mejor que él», me dijo.
                (13) Don Lázaro Aponte, coronel de
                    academia en uso de buen retiro y alcalde municipal desde {hacía} once años, le hizo un
                    saludo con los dedos.
                (14) Era extraño que no lo supiera,
                    pero lo era mucho más que tampoco lo supiera mi madre, pues se enteraba de todo antes que
                    nadie en la casa, a pesar de que {hacía} años que no salía a la calle, ni siquiera para ir a
                    misa.
            
Impersonal perifrástica
                (15) -{Hay que estar} siempre de
                    parte del muerto -dijo ella.
Impersonal 3.ª plural
                (16) El día en que {lo iban a
                    matar}, Santiago Nasar se levantó a las cinco y media de la mañana para esperar el buque en
                    que llegaba el obispo.
                (17) Tenía una reputación muy bien
                    ganada de intérprete certera de los sueños ajenos, siempre que {se los contaran} en ayunas,
                    pero no había advertido ningún augurio aciago en esos dos sueños de su hijo, ni en los otros
                    sueños con árboles que él le había contado en las mañanas que precedieron a su
                    muerte.
                (18) Yo estaba reponiéndome de la
                    parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si
                    desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que {las habían
                    soltado} en honor del obispo.
Genérico uno
                (19) Fue lo mismo de siempre, que
                    uno {empieza a contarle} algo, y antes de que el cuento llegue a la mitad ya ella sabe cómo
                    termina.»
                (20) «Cuando uno {sacrifica} una
                    res no se atreve a {mirarle} los ojos.»
            
Media pronominal
Personal
                (21) El día en que lo iban a matar,
                    Santiago Nasar {se levantó} a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el
                    obispo. [CSA-CRONICA]
                (22)
                    Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un
                    instante fue feliz en el sueño, pero al despertar {se sintió} por completo salpicado de
                    cagada de pájaros. [CSA-CRONICA]
                (23) Yo
                    {estaba reponiéndome} de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina
                    Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque
                    pensé que las habían soltado en honor del obispo. [CSA-CRONICA]
                (24)
                    Estaba de costado, {agarrada} a las pitas del cabezal de la hamaca para tratar de
                    {incorporarse}, y había en la penumbra el olor de bautisterio que me había sorprendido la
                    mañana del crimen. [CSA-CRONICA]
                (25)
                    Allí lo encontró el coronel Aponte, encañonado por la guardia en el excusado sin puertas, y
                    {desaguándose} con tanta fluidez que no era absurdo pensar en el veneno.
                [CSA-CRONICA]
            
Genérico uno
                (26) Y era una lástima, porque
                    estaba como para embadurnarlo de mantequilla y {comérselo} vivo.» [CSA-CRONICA]
                (27) «Cuando uno sacrifica una res
                    {no se atreve} a mirarle los ojos.» [CSA-CRONICA]
            
Impersonal todos/1.ª plural
                (28) La noche en que llegó dio a
                    entender en el cine que era ingeniero de trenes, y habló de la urgencia de construir un
                    ferrocarril hasta el interior para {anticiparnos} a las veleidades del río.
                [CSA-CRONICA]
            
Impersonal 3.ª plural
                (29) Al final, por diligencias de
                    Bayardo San Román, tumbaron las cercas del patio, pidieron prestadas para bailar las casas
                    contiguas, y pusieron mesones de carpinteros para {sentarse} a comer bajo la fronda de los
                    tamarindos. [CSA-CRONICA]
                (30) Durante años se siguió
                    hablando en mi casa de que mi padre había vuelto a tocar el violín de su juventud en honor
                    de los recién casados, que mi hermana la monja bailó un merengue con su hábito de tornera, y
                    que el doctor Dionisio Iguarán, que era primo hermano de mi madre, consiguió que {se lo
                    llevaran} en el buque oficial para no estar aquí al día siguiente cuando viniera el
                    obispo. [CSA-CRONICA]
            
Media recíproca:
Personal
                (31) Nunca se estableció muy bien
                    cómo {se conocieron}.
                (32) En cambio, todas las versiones
                    coincidían en que Ángela Vicario y Bayardo San Román {se habían visto} por primera vez en
                    las fiestas patrias de octubre, durante una verbena de caridad en la que ella estuvo
                    encargada de cantar las rifas.
                (33) El buque se fue con las luces
                    encendidas y dejando un reguero de valses de pianola, y por un instante quedamos a la deriva
                    sobre un abismo de incertidumbre, hasta que {volvimos a reconocernos} unos a otros y nos
                    hundimos en el manglar de la parranda.
Media reflexiva
Personal
                (34) Santiago Nasar {se puso} un
                    pantalón y una camisa de lino blanco, ambas piezas sin almidón, iguales a las que {se había
                    puesto} el día anterior para la boda. [CSA-CRONICA]
                [CSA-CRONICA]
                (35)
                    Pero él le explicó que {se había vestido} de pontifical por si tenía ocasión de besarle el
                    anillo al obispo. [CSA-CRONICA]
                (36)
                    Divina Flor, que era hija de un marido más reciente, {se sabía} destinada a la cama furtiva
                    de Santiago Nasar, y esa idea le causaba una ansiedad prematura. [CSA-CRONICA]
                (37)
                    -{Me cambio} de ropa y te alcanzo -dijo, y cayó en la cuenta de que había olvidado el reloj
                    en la mesa de noche-. [CSA-CRONICA]
                (38)
                    Nadie {se preguntó} siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les pareció
                    imposible que no lo estuviera. [CSA-CRONICA]
                (39)
                    -Espérate y {me visto} -le dijo él. [CSA-CRONICA]
                (40)
                    Pero el viudo {se defendió} hasta el final de la partida. [CSA-CRONICA]
                (41)
                    Santiago Nasar {se propuso} comprobarlo hasta el último céntimo, y la vida le alcanzó
                    justo. [CSA-CRONICA]
            
Pasiva
Personal
                (42) Había soñado que atravesaba un
                    bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el
                    sueño, pero al despertar se sintió por completo {salpicado} de cagada de pájaros.
                [CSA-CRONICA]
                (43)
                    Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 6.05 hasta que
                    {fue destazado} como un cerdo una hora después, lo recordaban un poco soñoliento pero de
                    buen humor, y a todos les comentó de un modo casual que era un día muy hermoso.
                [CSA-CRONICA]
                (44)
                    {Había sido seducida} por Ibrahim Nasar en la plenitud de la adolescencia. [CSA-CRONICA]
                (45)
                    El mensaje estaba en el suelo cuando Santiago Nasar salió de su casa, pero él no lo vio, ni
                    lo vio Divina Flor ni lo vio nadie hasta mucho después de que el crimen {fue consumado}.
                [CSA-CRONICA]